Continuando con estas disquisiciones que me asaltan y toman
mi ser mientras hago mis tareas cotidianas, que me llevan a re pensarme y a
pensar en las conductas humanas, algo relativo al bien/mal llamado “compromiso”
en las relaciones de pareja me estuvo tocando el hombro el otro día.
A veces los seres humanos actuamos de maneras muy extrañas…
Será que lo hacemos en piloto automático y que no nos damos tiempo para
hacernos esas preguntas tan adecuadas y conducentes de las que hablaba en la
primer parte…
La sexualidad en el ser humano es cultural. Eso ya lo
sabemos desde hace eones. Aun siendo necesaria (y hoy en día ya no
imprescindible, a partir de los diversos métodos de fecundación que existen)
para la procreación, desde el principio de los tiempos la venimos usando
también para darnos, solamente, placer.
En el mismo sentido, la fidelidad sexual es absolutamente un
mandato cultural occidental. En algunos países orientales un varón puede tener
varias esposas con las que copula a diario, y la tribu nómade Wodaabe, en el
Sahara, tiene la particularidad de que una vez al año son las mujeres las que eligen
marido, pudiendo tener más de uno, y que las solteras pueden tener relaciones
sexuales con quienes quieran.
Ya lo expresé en la primera parte: en estas reflexiones NO
HAY JUICIO ALGUNO. Está perfecto, si es perfecto para ti, construir relaciones
“abiertas”, con libertad sexual para cada uno de los integrantes de las mismas.
En lo que respecta a aquellos que elegimos poner toda
nuestra atención, desde todos los planos, en una sola persona, he observado,
como les decía, conductas por demás particulares. Fuimos a visitar a la
virgencita que desata los nudos, a la vidente que nos recomendó la tía Marta,
hicimos 25 años de terapia, 230 Constelaciones Familiares y 127 sesiones de
Decodificación Bioemocional para lograr tener la pareja que alguna vez soñamos,
pero eso sí, aun cuando la misma finalmente llega a nuestras vidas y estamos
pletóricos de alegría, mantenemos bien guardadita la agenda oculta de todos
nuestros amantes, y de todas las personas con las que hemos tenido un vínculo
más o menos sexualizado, “por las dudas”…
Si te vas a preguntar si hacer eso “está mal”, pues no nos
estaríamos entendiendo. En ese caso te invito a que leas la primer entrega de
estas reflexiones. La/las preguntas del millón están soplando en tu oído
derecho. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿A qué le tengo miedo? ¿En verdad lo necesito? No
estaríamos demostrando tener mucha fe en la perdurabilidad de esa relación tan
anhelada, si desde el principio estamos pensando en echar mano del banco de
suplentes, ¿verdad?
Fidelidad. ¿Para qué? ¿Por qué? Desde mi más profunda
experiencia personal, entiendo que el vínculo de pareja es el espacio por
excelencia que, si así estamos dispuestos, nos puede llevar a la mismísima
lluminación.
Verme en ese otro, “soportar” que mi compañera me diga cosas
que no quiero ver de mí mismo, tenerle paciencia cuando la veo actuar de
maneras absurdas, contar hasta 10.000 cuando no la encuentro receptiva a lo que
le pido o le digo que me molesta, acompañarla en sus momentos o procesos de
dolor emocional o existencial, cerrar la tapita del dentífrico sabiendo que le
molesta que la deje abierta, aun cuando jamás lo hice en mi vida, comunicarle
de manera amorosa y paciente y en primerísima primera persona lo que me ha
dolido o lastimado, sí, todo eso, absolutamente todo eso, desde lo más
trascendente hasta lo más banal, es un trabajo brutalmente honesto sobre mi ego
que ni una internación de 50 años en un monasterio tibetano lograrían hacer.
Fidelidad. En mi pasado he sido infiel en más de una
ocasión. Sí, claro, eso coincidía con una crisis en la pareja, y por eso mi ego
infantil se justificaba. Hoy, inmerso en este trabajo sobre mí mismo y mis
defectos de carácter, buscando actuar desde mi parte más Sabia o Noble, me
quedaría quietito conteniendo esa pulsión sexual, sabiendo que eso está
queriendo tapar algo, sea dolor, bronca, sentimientos de soledad, resentimiento
o enojo hacia mi pareja, frustración, etc.
¿Está mal acaso tener relaciones sexuales con otra persona
aun estando en pareja? Otra vez, Dios tiene cosas más importantes que hacer que
estar pendiente de lo que hago con mis genitales. El punto en cuestión es que
tapando las emociones, NO CREZCO, NO AVANZO, NO SANO NI RESUELVO LA SITUACIÓN,
NO ME DOY CUENTA DE NADA. NO HAGO TRABAJO ALGUNO SOBRE MI EGO, Y DE ESE MODO
SERÉ SIEMPRE UN NIÑO CAPRICHOSO QUE NECESITA UNA GRATIFICACIÓN INMEDIATA ANTE
LA PRIMER INCOMODIDAD.
Es mucho más cómodo tapar la situación en la cama de una
amante y buscar consuelo en sus brazos. Saturno mediante recorriendo mi Casa 7,
y Plutón la 8, me resulta mucho más gratificante hacer contacto con lo que está
más allá de los caprichos de mi ego; necesito CRECER.
Continuará…
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