Desde el momento en el que el astrólogo tiene acceso a
información sumamente profunda y muy íntima de un consultante, la confianza que
está implícita en este último al momento de ponerse en manos de ese profesional
es muy grande.
De ahí derivan mis importantes enojos y una enorme sensación
de impotencia cuando me relatan las barbaridades que han escuchado en
entrevistas con personas que, en nombre de la Astrología, sólo están
preocupadas por ensanchar su ego con predicciones de dudosa calidad…
El cuidado por ese ser humano vulnerable que nos está
entregando una cuota importante de poder debe ser, a mi entender, lo más
cercano a lo Sagrado.
Quien tenga acceso a ciertos conocimientos de las energías
zodiacales podrá ver, por ejemplo, cómo se “desenvuelve” una persona a nivel
sexual. Tener la capacidad para poder observar eso en un mapa natal, más allá
de ser tratada esa información, obviamente, con el mayor cuidado y discreción,
es fundamental para desempeñar nuestro trabajo de sanación.
Conozco gente que tiene muy claro que para tener relaciones
sexuales tiene que estar decididamente enamorada. Otras personas ya saben que
bien pueden disociar su sexualidad de su afectividad; dentro de este rango
encontramos aquellos que aun así necesitan de cierto clima emocional suave e
íntimo, y aquellos que simplemente las pueden tener sin nada de eso.
Pero hay muchas personas que no se conocen… Y tantas otras
que tienen importantes bloqueos para desarrollar una sexualidad plena y
nutritiva, y no saben de dónde viene, cuál es su origen y, lo que es más
importante, ignoran qué herramienta terapéutica es la más apropiada para
destrabar eso.
Muchas veces nuestras conductas no están basadas
precisamente en nuestras necesidades, y sí muy influenciadas por ciertos
imperativos sociales. Así es que miles de varones sensibles, necesitados de una
calidez y empatía importantes a la hora de intimar sexualmente, se sienten muy
inadecuados al ver que la “media” de sus amigos anda por el mundo relatando sus
epopeyas sexuales con total arrogancia, preguntándose qué es lo que está
fallando en ellos…
He entrevistado a mujeres jóvenes que teniendo una
importante carga uraniana relacionada a su Casa VIII y pudiendo tener
encuentros sexuales tranquilamente con desconocidos, eran tildadas de “fáciles”
por su mismo entorno de amigas, y también a las que poseyendo energías
neptunianas o cancerianas ligadas a esa misma área, intentaban desempeñarse con
la misma desfachatez y desenfado de su círculo, pasando por situaciones
dolorosas y frustrantes.
Una vez más, el estudio de la Carta Natal tiene alcances
ilimitados a la hora de ayudarnos a comprendernos en nuestras más singulares y
particulares características.
Y poder detallarle al consultante qué tipo de enfoque terapéutico
es el más apropiado para su bloqueo, si eso responde sólo a mandatos familiares
y/o sociales, o es una problemática que requiere de una exploración
transpersonal de su árbol genealógico, discriminándole si el origen está en la
rama materna o en la paterna de su ascendencia, nos habla de que tenemos en
nuestras manos un verdadero tesoro para facilitar la sanación del Alma.
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