viernes, 23 de febrero de 2018

Episodio I de la saga…

ASCENDENTE EN ARIES, EL DESEO SUMERGIDO.

© Justo Félix Olivari Tenreiro.

Más allá de las excepciones, la matriz clásica de este Ascendente nos muestra a la Casa XII, la que describe el tinte de nuestro más profundo inconsciente, en Piscis.

Pensar que quien nació con esta energía ascendiendo es alguien resuelto, que sabe perfectamente bien lo que quiere en su Vida, decidido y que jamás se dejaría avasallar por nadie es ignorancia en su más pura expresión.

En todo caso lo veremos moverse (Ascendente=Casa I=Cuerpo físico) de manera atolondrada, con bastante impaciencia y… No mucho más que eso respecto a lo que a la energía de Aries se refiere.

Los líquidos tienen la capacidad de amoldarse al recipiente que los contiene. Con semejante impronta pisciana, estos seres sabrán mejor que nadie lo que significa ponerse (y perderse) en el lugar del otro. Piscis no sabe de deseos personales. La distancia entre esta energía transpersonal y la primera del Zodíaco en cuanto a cómo se concibe a sí mismo y como se desempeña un ser humano, es sideral.

Piscis, luego del larguísimo recorrido por las doce energías, ya lo entregó todo. Ya no hay rastros de nada “personal” en él. No hay forma ni materia. Aries, como aprendizaje, nos pide que nos miremos el ombligo, y que, en lo posible, no saquemos por mucho tiempo nuestra mirada de ahí.

Irse a vivir a Tanganica porque es el deseo de su marido, cuando las toneladas de energía canceriana de esa mujer, en otras condiciones, le harían imposible abandonar su terruño tan amado, es algo muy fácil de encontrar como experiencia en este Ascendente.

Hasta que… Tal vez, un día, en el mejor de los casos, empiece a tomar contacto con sus necesidades… Y decida volver a su país de origen, con o sin marido...

Si la autoafirmación marciana es algo que se tiene que desarrollar, y que está completamente sumergida en ese océano pisciano, es dable de esperar que estas personas atraigan, hasta tanto vayan pudiendo integrar todo esto, individuos sumamente invasivos, intolerantes, despóticos y violentos, como mínimo a nivel emocional o psicológico.

Efectivamente, la temática de la violencia, sobre todo en los vínculos más estrechos, como la pareja, es sumamente habitual acá.

Como en todos los casos en los que estamos asimilando algo, es muy posible que en algún momento estas criaturas confundan gordura con hinchazón, y empiecen a desplegar entonces una autoafirmación desproporcionada, que los llevará a actuar con casi la misma intolerancia, irritabilidad e impaciencia para con los demás, de la que seguro se desprendieron y dejaron atrás cuando tomaron coraje para divorciarse, o juntaron fuerzas para abandonar ese trabajo en donde el empleador o el jefe directo se comportaba como un verdadero tirano.

Eso es algo que veremos a lo largo de todo este recorrido por las energías ascendiendo: cómo, en nuestro sendero hacia el entendimiento de lo que hemos elegido integrar, vamos pendulando de un extremo al otro del abanico de posibilidades que esa energía nos ofrece, hasta ir, de a poco, encontrando alternativas menos extremas…

* Nota: si te sentiste idenficad@ y este no es tu Ascendente, observá si en tu Carta Natal Marte, el regente de Aries, está en la Casa I, o si está en conjunción, oposición o cuadratura con el planeta regente del tuyo. Si es así, significa que estás haciendo el camino de asimilación de esta energía ariana, del mismo modo que con tu mismísimo Ascendente. También tenemos que comprender que cualquier energía de nuestro mapa astral puede estar proyectada en nuestra consciencia, otro motivo por el que podés sentir que este texto te representa.


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