jueves, 15 de febrero de 2018

EL AMOR EN TIEMPOS MODERNOS.

© Justo Félix Olivari Tenreiro.

Más allá de la capacidad empática con la que hayamos nacido, el conocimiento astrológico, si no lo usamos como comúnmente se hace para etiquetar y estigmatizar a medio mundo, es un estupendo instrumento para desarrollar nuestros aspectos más compasivos y misericordiosos.

Hablé de esto en una nota anterior: en el eje Tauro-Escorpio se juegan cosas muy primarias para el Ser Humano, ligadas a la propia existencia, a su instinto de conservación. Trascender entonces el miedo a la muerte, y abandonar así la necesidad del acopio permanente y de controlarlo todo, inclusive a esa persona amada que consideramos como “nuestra”, es una tarea para nada sencilla.

Dicho esto, tanto en lo personal como en lo que se refiere a lo colectivo, tengo la firme convicción de que hace rato que llegó la hora de asomarnos a otro patrón de Consciencia, que desembocará irremediablemente en nuevas pautas de conducta.

Venus está recorriendo por estos días Acuario, para abandonarlo el 10 de febrero. Este Signo se caracteriza, entre otras tantas cosas, por proveernos de la máxima distancia, frialdad y desapego en nuestros vínculos. El muy amoroso Venus se imbuye de esa impersonalidad, asumiendo que hay otras formas de amar.

¿Qué sólo quedan poco más de diez días para introyectar esto? No te preocupes; como también lo dije en notas anteriores, la Carta Natal es una curva cerrada y, por lo tanto (mal que te pese cuando estás esperando el final de determinado tránsito), el planeta no tiene a dónde ir… Mañana será una cuadratura o una oposición la que te tenga otra vez rezando para que se “vaya” de una buena vez…

En este caso en particular, Venus es muy dinámico, se mueve a gran velocidad en el firmamento, y es así como cíclicamente va a estar en contacto con tu Urano natal, el regente de Acuario, lo que es exactamente lo mismo. O sea, con las mismas ganas de empaparse de ese desapego!!

Como si esto fuera poco, en breve, más precisamente en mayo, Urano va a entrar y recorrer, por muchos años, el Signo de Tauro.

Sí o sí se vienen tiempos de cambios radicales para la Humanidad respecto a cómo ha venido manejando sus recursos, su energía, y a cómo la ha hecho circular, o la ha estancado reteniéndola de manera impúdica.

¿Vas a seguir concibiendo a tu compañero/a como algo de tu propiedad? ¿Vas a seguir vigilando todas y cada una de las cosas que hace durante el día? ¿Otra vez vas a recurrir a la manipulación y a la extorsión emocional para que no te “abandone”?

Son comprensibles las conductas controladoras desde el momento en que, como lo expresé al principio, se movilizan en nosotros cuestiones muy primarias ligadas a la supervivencia. Pero cuando comprendamos de una vez por todas que la energía que necesitamos para vivir bien podemos obtenerla de fuentes lícitas y nutritivas, dejaremos de pasarnos la Vida queriendo robársela a los demás.

Esto es lo que nos trae Urano en Tauro como aprendizaje existencial: abrirnos a experimentar nuevas formas de obtener y de hacer circular la energía. Los costos por resistirnos y oponernos a esa asimilación, al estar hablando de un planeta transpersonal, pueden ser altísimos…


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