martes, 30 de enero de 2018

Eclipse de Luna llena del 31 de enero de 2018…

DEL YO AL NOSOTROS.

© Justo Félix Olivari Tenreiro.

El último día del corriente nos regalará un acontecimiento celestial bastante particular, como lo es que la segunda Luna llena del mes sea también una Súper Luna (esto sucede cuando nuestro satélite está situado a la menor distancia de la Tierra), y completando el suceso, se producirá un Eclipse Total de Luna.

El Sol recorre por estos días el Signo de Acuario y la Luna, para ese entonces en Leo, se verá opacada por la interposición de la Tierra.

Algo más claro y simbólico de lo que representa este Eclipse como oportunidad de esclarecimiento para todos nosotros, imposible…

Como punto evolutivo social actual, Leo emerge como EL lugar a dónde llegar. El paradigma de la autoexpresión y la exposición mediática está en su apogeo, exacerbado y estimulado por las redes sociales, hijas de una herramienta precisamente de neto corte acuariano como lo es Internet.

La Era de Acuario en la que ya hemos puesto un poco más de un pie nos estaría pidiendo hacer otra cosa…

Que la que quede “eclipsada” sea justamente esa Luna leonina al tiempo que el Sol ilumina su Signo opuesto complementario nos da la estupenda oportunidad para hacer la introspección pertinente que nos lleve a preguntarnos cuánta trascendencia le damos a nuestra imagen personal, la que tenemos de nosotros mismos y la que creemos irradiar, y qué cantidad de energía le restamos, entonces, a cualquier contribución que podamos hacer sobre lo colectivo y lo comunitario.

La brillante paradoja es que, así como ese Eclipse se dará sobre la articulación de los Signos V-XI, en la actualidad los Nodos lunares están recorriendo la misma polaridad, pero dispuestos desde Acuario (Nodo sur), hacia Leo (Nodo norte), exhortándonos a, entre otras cosas, dejar atrás cierto desdén, frialdad o indiferencia, y apostar por un mayor y más profundo compromiso afectivo a la hora de relacionarnos.

En definitiva, tanto el largo derrotero nodal como el acontecimiento puntual del Eclipse, sucediendo ambos en ese mismo eje, bien podrían despertar en la Humanidad el deseo de reflexionar acerca de cómo amamos, cuán autorreferencial y narcisista es nuestra pasión, cuánta libertad y “aire” necesitamos en un vínculo, y cuánto de estas benditas cualidades estamos dispuestos a ofrendar a nuestro Ser amado.


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