© Justo Félix Olivari Tenreiro.
Si en verdad nos cuesta “resolver”, a lo largo de nuestra
existencia, el intríngulis que representa una oposición planetaria, parece ser
que comprender lo que la misma significa y representa se dificultara otro
tanto...
Aspecto in-armónico o tenso se la denomina en el mejor de
los casos; planetas mal aspectados en otros. ¿A qué nos invitan dos planetas
que están enfrentados en nuestra Carta Natal?
La Consciencia del Ser Humano no puede abarcar, en un
principio, las dos energías implicadas. Al inicio de su encarnación, se
identificará, sentirá como propia una de ellas, y la otra le quedará lejos, no
la percibirá como suya, lo que desembocará en el inevitable juego de
“proyección”, en donde verá cómo mucha gente que la rodea juega el rol de ese
planeta excluido.
Debo reconocer que me llevó bastante tiempo comprender en
profundidad que por más lejana que notemos una energía en nosotros, de todos
modos, y mal que nos pese en muchos casos, también la vamos a estar expresando
cotidianamente.
El primer axioma que estaría bueno memorizar y retener para
siempre, nos dice que la dimensión de la escena o el suceso externo será
directamente proporcional a la negación que ejercemos respecto de cualquier
arquetipo. Si te has resistido a aceptar que ante todo eres vínculo, y no eres
capaz de registrar mínimamente las necesidades ajenas, no debería sorprenderte
que un día te encuentres con una bonita demanda judicial, de la índole que sea.
Por otro lado, si tu enorme cantidad de aspectos sensibles y
empáticos es el único lugar cómodo que habitas, y te niegas rotundamente a
desarrollar tu fuerza, tu autodeterminación y una relación cercana con tu
deseo, es esperable que vivas rodeado/a de violentos deseantes disfrutando de
llevarte por delante…
El segundo axioma a retener afirma que cuánto más en sombra
esté determinado aspecto en ti, más pobre, torpe y obtusa será la forma en que
lo manifiestes. Miles de esos sensibles nombrados más arriba viven en la
ilusión de ser suaves almitas celestiales que han padecido los más atroces
maltratos y abusos desde su infancia por tener proyectada su energía
escorpiana, sin querer ver ni asumir, por ejemplo, los altísimos decibeles de
manipulación y extorsión emocional con los que parecen gozar a la hora de
relacionarse.
Darnos cuenta de todo esto nos da la posibilidad de empezar
a hacer un trabajo consciente con la energía que el planeta “distante”
representa. E intentar que ambos dialoguen dentro nuestro y que lleguen a un
acuerdo, o a varios.
No conozco otra herramienta más pertinente para salir de la
fantasía de lo que aparece como desdoblado que la Astrología. La oposición
planetaria de la Carta Natal en algún momento de tu vida va a estar mediatizada
por alguien: tu jefe, tu pareja, un amigo, un profesor, un vecino… Alguien en algún
momento se pondrá el sayo y actuará de manera impecable lo que tú te niegas a
abrazar.
¿Cuándo es el momento en que te das cuenta de que todo eso
era una mentira? ¿Cuándo comprendes que eso que está “afuera” te pertenece y
que no tiene mucho sentido seguir peleándote con el mensajero? Cuando tomas
consciencia de que muchos años antes de que esa persona se haya hecho presente
en tu Vida para actuar a tu Saturno, tu Urano, tu Plutón o la energía que sea,
esa oposición estaba dibujada en el mapa que describe el Cielo al momento de tu
nacimiento…
Me llevo muy mal con esos cartelitos con frases culpógenas
pseudo evolucionadas del tipo: “Lo que no te gusta de los demás es lo que tú
eres”. Bien podemos atraer a nuestra existencia a muchos psicópatas si fuera el
caso de que hemos rechazado la intensidad de Escorpio, para desarrollar y
despertar, durante el camino de aprendizaje de esa energía, a la estupenda
cualidad sanadora que la misma posee.
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