© Justo Félix Olivari Tenreiro.
En exactamente una semana más se producirá el ingreso de
Júpiter al Signo de Escorpio. Entonces, desde el 10 de Octubre 2017 hasta el 8
de Noviembre 2018 estará a disposición de todos nosotros ir más allá de los
límites que nos hemos impuesto hasta ahora… Bucear en las profundidades de un
pantano, por lo general, no es algo que la mayoría de los humanos hagamos por
gusto o deseo genuino, y si nos sumergimos en esa ciénaga es sólo después de
que algún suceso nos empujó de manera irremediable hacia ella.
Lo paradójico de esa resistencia a hundirnos en el barro de
nuestras sombras es que, al hacer eso, nos estamos privando de la posibilidad
de expandir nuestra consciencia de una manera espléndida… Tan paradójico como
comprensible, ya que “algo” en nosotros nos dice y nos alerta que esa
zambullida conllevará dolores de parto, crujidos egoicos importantes, heridas a
nuestra más o menos impoluta imagen de nosotros mismos…
Uno de los principios de la Astrología nos dice que en
aquello que está lejano a nuestra consciencia, está implícito y latente un gran
potencial. Entonces, una vez más, resistirnos a emprender el viaje de Escorpio
equivale a renunciar a nuestro Poder, a nuestra destreza para develar los
misterios de la Existencia, a desistir de tomar contacto con nuestra capacidad
regenerativa.
Júpiter y su inmensidad tanto planetaria como de generosa
entrega nos acerca a este abismo escorpiano otorgándonos la posibilidad de que
esta vez no sea tan desgarrador ni doloroso el proceso de exploración e
integración de esa opacidad.
Y estas son oportunidadades que en verdad vale la pena
aprovechar. Si Sagitario (regido por Júpiter) es optimismo y fe, alegría y
expansión de consciencia, necesariamente las cosas ahora están facilitadas; y
si aún nos da pavor siquiera pensar que un pedacito de nuestro ego vaya a pasar
un mal momento, pues podemos echar mano a esa Fe precisamente, sabiendo que
estamos siendo acompañados por una energía tan bondadosa como noble, que
cuidará de nosotros en todo momento durante la evolución de esa travesía subconsciente.
Sea cuál sea el área de tu vida que Júpiter vaya a recorrer
en este año, es una estupenda etapa para encarar cualquier tipo de proceso
terapéutico, para sorprendernos, muy posiblemente, al ver que ese profesional
que hace las veces de “lazarillo”, es la encarnación misma de esa energía
jupiteriana tan amorosa.
Si de la mano de este planeta tan magnánimo nos hermanamos
conscientemente con Escorpio, pasaremos de la etapa de la negación (con sus
consecuentes “apariciones” traumáticas en muchos de nuestros vínculos), a poder
disfrutar y saborear sus dones y más bellas cualidades: nuestra capacidad
sanadora, un gran magnetismo personal y sexual, una nueva y más eficaz forma de
obtener ganancias económicas por el trabajo que hacemos o los servicios que
prestamos, y, por sobre todas las cosas, la profunda convicción de que ya no
hay nada que controlar…
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