UNA ESTRELLA MÁS EN EL CIELO.
© Justo Félix Olivari Tenreiro.
Sí, por más que quieras evitarlo, o que quieras evitar
asumirlo, mal que te pese, y sobre todo mal que le pese a todos los que te
rodean, eres in-so-por-ta-ble-men-te egocéntrico, orgulloso, competitivo y
arrogante. Tal vez hayas nacido con la Luna en Leo o en Casa V o algún aspecto
similar que te haga sentir que eres el centro de la Vía Láctea mientras la Vida
(o sea, los “otros”), se va encargando de bajarte el copete y hacer de ti
alguien llevadero…
Pero bueno, no podemos obviar el hecho de que en vidas
anteriores has sido alguien, de un modo u otro, brillante. O te destacaste en
los deportes, o eras un músico que convocaba multitudes, o tal vez un actor de
gran reconocimiento, siempre rodeado de figuras de tu talla. Y sí, debe ser
duro tener que renunciar a tu reinado para convertirte en un ser de a pie, y
perderte en la multitud sin que nadie se de vuelta para saludarte o pedirte un
autógrafo o una “selfie”.
Mientras hagas el recorrido que te lleva a Acuario,
posiblemente los vínculos estrechos como el de pareja sean el escenario en
donde más fuertemente emerjan las añejas costumbres, ya que si no puedes
dominar a tu pareja es muy probable que te retires, emocionalmente hablando, de
la relación.
El Sol de nuestro sistema planetario, por su cercanía con la
Tierra, brilla con tal intensidad que nos cuesta concebirlo como una más de las
miles de millones de estrellas del Cosmos. Pero en una noche de cielo despejado
es el conjunto de lucecitas encendidas el que nos despierta admiración y
asombro.
Esa es la manifestación de Acuario: el colectivo. Es el
espacio en donde TODOS están incluidos, cada uno con su peculiaridad y
particular forma. Por eso hablamos del Signo número 11 como el del verdadero
interés por el bienestar de la comunidad.
Si naciste con este Nodo Norte, quizás el principal miedo
inconsciente que debas superar es el de “dejar de ser”… Puede que experimentes
que a la necesidad de pertenencia le sigue un terror pánico a perder tu
individualidad y tu sentido del “yo”. Nada que unos buenos años de terapia te
ayuden a paliar y recorrer, y, como ya sabemos que la Vida es ensayo y error,
será cuestión de no frustrarte en el primer intento y seguir transitando la
senda de la genuina amistad en donde todos somos iguales de diferentes…
Ese Corazón leonino siempre tan cálido y amoroso tendrá
nuevos motivos para seguir latiendo apasionadamente cuando descubra que paliar
las necesidades ajenas es tan enriquecedor, o más, que simplemente colmar las
propias.
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