© Justo Félix Olivari Tenreiro.
Es lógico que cuando uno toma en sus manos un libro de
Astrología comience por leer el capítulo que habla de una cuestión ligada a su
propia Carta.
No fue la excepción cuando años atrás tuve en mis manos los
dos tomos de “Ascendentes en Astrología” de Eugenio Carutti. Muy revelador por
cierto, y muy sanador que alguien me explicara por qué había vivido todo lo que
había vivido con mi Ascendente en Géminis…
Ahora bien, las sorpresas empezaron a aparecer con el correr
de los capítulos… ¿Cómo era posible que todo lo que relataba como escenas
externas y vivencias internas típicas del Ascendente en Acuario resonaran en mí
como si ese fuera el mío? ¿Cómo podía ser que me identificara absolutamente con
todo lo relatado en el capítulo dedicado al Ascendente en Escorpio? ¿Y con el
de Capricornio también? Algo raro estaba sucediendo y necesitaba descifrarlo.
Agarré mi mapa natal y empecé a mirarlo como quien medita
frente a un Mandala (de hecho hago eso con las Cartas Natales de mis
consultantes), sabiendo que más temprano que tarde las respuestas se empezarían
a sentir…
EUREKA!! Pues el asunto era que Mercurio, el planeta que
rige mi Ascendente, está en aspecto con Urano, Plutón y Saturno!!
Conclusión: cuando un planeta toca al regente de nuestro
Signo ascendente, la persona tendrá como desafío a lo largo de su Vida
identificarse y sentir como propio el Signo regido por ese planeta; además del
aprendizaje que le corresponda hacer de su Ascendente, estas otras energías
pedirán ser abrazadas con la misma Consciencia y dedicación…
Penetrar en el misterio que las mismas representan para esa
persona será de vital importancia para su desarrollo y completitud.
Lo que fui analizando con las cartas de mis consultantes, en
todos estos años, es que, en principio, esto sucede cuando ambos planetas están
en conjunción, cuadratura u oposición, no habiendo registrado, hasta el
momento, que lo mismo suceda con otro tipo de aspectos.
De igual modo ocurre con los planetas situados en la Casa l
en la Carta Natal: debemos tomarlos indefectiblemente como el aprendizaje que
la persona tendrá que hacer de esa energía a lo largo de su Vida, más allá de
la tonalidad que le dé a su personalidad, a su cuerpo físico y a la forma en
que se muestra a los demás…
Y por último, si nuestra Casa I abarca parte del Signo
siguiente al de nuestro Ascendente, pues también estaremos haciendo ese
aprendizaje!! En mi caso, con Ascendente en Géminis, me ha quedado claro, a lo
largo de mi Vida, por hechos, personas y escenas "externas", que
también me estoy "capacitando" en la energía de Cancer.
Lo que se desprende de lo expuesto y de sólo observar una
Carta Natal, es que la misma es de una complejidad enorme; comprender que no
hay manera de sacar conclusiones serias disociando pedazos de un mapa astral,
del nuestro o el de cualquier otro Ser Humano.
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