© Félix Olivari Tenreiro.
Años atrás, teniendo yo 29 años, participaba en un Training
de capacitación en Psicología Transpersonal impartido por la muy iluminada Rhea
Powers. En un recreo, una señora seguro
de más de sesenta años se nos acerca a Mónica y a mí: “Qué maravilla que
ustedes, siendo tan jóvenes, ya estén en un lugar cómo éste!”.
Asentí con una sonrisita amable, mientras pensaba: “Si esta
noble mujer supiera que yo estoy acá porque estoy desesperado, ¿opinaría lo
mismo?”.
En su momento fue la Terapia de Regresión a vidas pasadas;
hoy, espacios terapéuticos como las Constelaciones Familiares o la
Decodificación Bioemocional nos acercan a la toma de consciencia de que
nuestros dolores, pesares, traumas, conflictos y la dificultad para resolver
los mismos tienen su raíz en algún lugar que nos trasciende.
Sea en una encarnación anterior, o en las ramas del árbol
genealógico. Por lo tanto, la resolución de los mismos está mucho más allá de
nuestras mejores intenciones conscientes.
Quienes hemos transitado una terapia psicoanalítica ya nos
sabemos el cuento de memoria; lo que mamá y papá hicieron o no hicieron, y los
traumas que eso nos provocó. Pero con el paso del tiempo observamos que con
sólo entender, no solucionábamos mucho que digamos…
“Félix, comprendo profundamente tu cansancio, pero sería
bueno que supieras que si estás acá, es porque tu árbol genealógico te eligió a
vos para sanarse”, fueron las conmovedoras palabras de mi actual terapeuta en
Decodificación Bioemocional.
Sí, ha sido mucho… Muchísimo dolor, muchísimo desgarro,
muchos desencuentros, mucho pesar, mucha soledad, mucha incomprensión.
Pero comprender que cada vez que estoy intentando sanar algo
de todo eso estoy allanándole el camino a las generaciones venideras, me cambia
mucho la ecuación. Tanto como tener presente que trabajando conmigo, estoy
limpiando, sanando y reparando las seguro dolorosísimas historias de Vida de
mis ancestros.
Entonces trabajar con mi sombra y con mis dificultades se
convierte así en una misión trascendente… Sin ánimos mesiánicos, comprender que
cada uno de nosotros puede ser la bisagra de esa familia, para que los que
estuvieron descansen en Paz de una vez por todas, y para que los que vengan ya
no carguen con esos lastres, nos convierte en Seres con una preciosa
responsabilidad…
Saber que somos canales a través de los cuales es mucho más
que nuestro propio dolor el que se está liberando, es una realidad que nos
puede ayudar a transitar y trascender esos pesares con un Amor y una Entrega
infinitas.
Bendita sea esa desesperación que me trajo hasta aquí…
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