© Félix Olivari Tenreiro.
Si en verdad nos cuesta “resolver”, a lo largo de nuestra
existencia, el intríngulis que representa una oposición planetaria, parece ser
que comprender lo que la misma significa y representa se dificultara otro
tanto...
Aspecto in-armónico o tenso se la denomina en el mejor de
los casos; planetas mal aspectados en otros. ¿A qué nos invitan dos planetas
que están enfrentados en nuestra Carta Natal? A que los integremos.
La Consciencia del Ser Humano no puede abarcar las dos
energías en un principio: se identifica con una y la otra queda lejos, no la
sentimos como propia, entonces la
“proyectamos” en otros que jugarán ese papel.
Darnos cuenta de esto nos abre a la posibilidad de empezar a
hacer un trabajo consciente con la energía que el planeta “distante”
representa. Y a que ambos dialoguen y lleguen a un acuerdo, o a varios.
Lo llamativo es que muchas veces seguimos hablando de esa
oposición en términos conflictivos como si todavía no hubiéramos hecho nada con
ella, como si todavía nos estuviera dificultando el accionar en determinada
temática. Bajo esa lectura determinista, sentimos que es algo de lo que no
podremos escapar nunca. Pero con sólo revisar nuestra vida vemos que hemos
avanzado mucho respecto de esa integración…
Y lo que tal vez sea en verdad difícil para la mayoría de
nosotros, es darnos cuenta que en una oposición lo que está implícito es lo
mejor de las dos energías combinadas.
Una vez establecido y aceitado ese diálogo, ya no es una u
otra la energía que se va a expresar con mayor facilidad y virtud, sino que
será la mejor expresión de esa combinación planetaria la que estará a nuestra
disposición, como lo está en un trígono o en un sextil.
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