Me pregunto si en verdad somos conscientes del momento
“existencial” del que somos protagonistas y testigos al mismo tiempo. Tiempo,
palabra capricorniana si las hay…
Cuando el suceso bisagra a nivel planetario está frente a
nuestros ojos, como el árbol que nos tapa el bosque, suele ser difícil
conceptualizarlo como tal, como el advenimiento de un nuevo paradigma; por lo
general, mínimo una década después, será una importante masa crítica la que le
dé el verdadero valor a eso que se introdujo en el colectivo.
Quince años atrás, aproximadamente, una querida amiga me
habló por primera vez de las Constelaciones Familiares, y fue todo un sismo
para mi conciencia notificarme de ese enfoque sistémico transpersonal. Hoy en
día, millones de personas en todo el planeta han acudido a esa iluminada
herramienta en busca de sanación y equilibrio en sus existencias.
Ir a bucear en las ramas del árbol de nuestros ancestros el
origen de nuestros pesares presentes revolucionó el universo de lo
“terapéutico”, derivando en un enfoque mucho más refinado y asertivo, que ha
abrevado en otras tantas disciplinas hasta llegar hoy en día a ese regalo
sagrado que representa la Decodificación Bioemocional.
Encontrarnos con que dolencias como la celiaquía, el mal de
Parkinson, diferentes tipos de alergias, infertilidad, y todo lo que a partir
de ahora llamamos síntoma, desde el momento en que nos angustia o nos limita
nuestra capacidad de acción o de alcanzar lo que para cada uno es plenitud,
tiene una real y concreta sanación, es un milagro en el que todos, como
Humanidad-Inconsciente Colectivo debemos haber participado en su creación.
Hace tiempo que sabemos que nada sucede en la Tierra sin que
se refleje en el espejo celestial; el correlato de la propagación cada vez más
masiva de esta disciplina bien podemos rastrearlo en varios puntos históricos.
En 2008 Plutón ingresó a Capricornio afectando el eje en el que Cancer es
partícipe necesario. Familia, clan, patriarcado, maternidad, paternidad, todo
quedó envuelto en franco proceso de deconstrucción.
A fines de 2017 se hizo presente en ese mismo espacio
zodiacal el Padre de criatura, nuestro bien amado Saturno. Y en noviembre de
2018 el eje nodal pasó de Leo-Acuario a Cancer-Capricornio.
¿La cereza del postre? A fines de marzo de este año Plutón
hizo conjunción con el Nodo Sur, y en el día de la fecha Saturno, en su ciclo
de retrogradación sobre el espacio capricorniano, se acaba de volver a reunir
con ese mismo punto nodal luego de un primer encuentro en abril pasado.
En la nota que subí poco tiempo atrás, EL NODO SUR: MEMORIAS
DE MI CLAN
(https://www.facebook.com/photo.php?fbid=2375436269167146&set=a.179704052073723&type=3&theater),
expongo esta nueva visión respecto a la antigua lectura que se hacía de los
nodos como exclusiva información de “Vidas Pasadas”.
¿En qué otro sitio espaciotemporal crees que podrás
encontrar la sanación a todos y cada uno de tus síntomas tanto físicos como
emocionales, vinculares, monetarios, vocacionales, etc., siendo que hay un 90 %
de probabilidad de que cualquiera de ellos sea una herencia familiar, un
hermoso legado que nuestros ancestros trajeron hasta nosotros para recordarnos
que somos los únicos y exclusivos creadores de nuestra realidad?
Decodificación Bioemocional:
https://www.humanopuente.com.ar/espanol/home
https://www.humanopuente.com.ar/espanol/home
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