miércoles, 13 de marzo de 2019

EL VIAJE DE KIRÓN.

© Justo Félix Olivari Tenreiro.

Tal vez la pregunta más extraña (desopilante) que me hicieron en mi vida, me la realizó hace unos años una mujer, cuando le comenté que me dedicaba a la Astrología y al Tarot. “¿Cómo se te ocurrió trabajar de eso?”.

En verdad parece que los seres humanos estamos muy convencidos de que somos nosotros, de manera consciente, los que tomamos la mayor parte de las decisiones de nuestro existir. A nuestro ego le encanta creer eso, fascinado con la idea de tener el control de todo, o casi, lo que hacemos.

En el día de la fecha, hablando con una alumna-Maestra, un ser delicioso por donde se lo mire, me preguntaba si acaso sería mi Kirón natal en Casa lX el que me lleva de viaje, el que me guía en esta travesía de sanación y expansión de consciencia simultáneas.

“¿Cómo se te ocurrió irte a vivir a Misiones?”, otra pregunta de compleja respuesta, más allá de mi acostumbrado coloquial “Estaba harto de vivir en Buenos Aires” …

Estando en esa provincia, más precisamente habitando el pueblo llamado Candelaria, con la ayuda de una amante que me vino a visitar, tuve un flash que me dejó poco menos que catatónico. Sabiendo de mi Nodo Sur en Sagitario, me dice: “Vos viniste a esta tierra a trabajar algo de tu pasado como sacerdote. Seguramente hiciste votos de castidad y de pobreza en otra vida, por eso no tuviste descendencia, y tenés esos problemas económicos tan fuertes”, sus palabras, que se condecían con una realidad monetaria que a Dios gracias quedó atrás, y con la verdad de que aun, más allá de mi gran anhelo, no soy padre.

Terminé de oirla y salí despedido a buscar una carta que había recibido de la municipalidad de la ciudad de Candelaria. “Mirá esto, por favor!!”, le dije en estado alterado… El membrete de esa misiva tenía la imagen de una enorme cruz de madera, y al pie de la misma rezaba: “Capital de los treinta pueblos jesuíticos”. Efectivamente, los jesuitas, en el 1600 y pico, establecieron treinta misiones en esa región, habiendo sido esa su capital.

Siempre tuve la certeza de que en vidas anteriores había sido sacerdote. La misma certeza que tuve de que yo me quería ir a vivir a la ciudad de Posadas, pero “casualmente” una amiga de allí me ofreció, para alquilar, una casa en Candelaria, a escasos 30 km. “¿Para vos es lo mismo?”. Obviamente, mi Alma respondió “Sí, claro”. (En ese preciso momento, Saturno en tránsito estaba justamente sobre mi Nodo Sur en Sagitario…).

Mi muy corta estadía actual en la ciudad de Córdoba (el sábado parto hacia Merlo, en la provincia de San Luis), no es ajena a ese patrón de sanación. El 20 de febrero realicé acá una impresionante sesión de Decodificación Bioemocional. En la misma pude descubrir, y liberar, la cruel herida que había padecido mi abuela materna, lo que redundó en que yo atrajera situaciones muy dolorosas a lo largo de toda mi vida.

Hablando con la decodificadora, recordé que, recién nacido, con sólo tres meses, estaba veraneando con mis padres y mis hermanas más grandes en esta misma ciudad, cuando tuvimos que volver de urgencia a Buenos Aires ante la noticia de la súbita muerte de esa misma abuela… (Mi encuentro con la Decodificación Bioemocional, y la estupenda combinación entre expansión de consciencia y sanación que dicho enfoque me está provocando, coinciden con el actual tránsito de Neptuno literalmente sobre mi Kirón en Piscis natal).

Cuando el sábado próximo parta hacia San Luis, se habrán cumplido escasos tres meses de mi residencia en Córdoba. Los suficientes y necesarios para recoger los girones de lo que había quedado coagulado en una parte de mi clan.

“¿Por qué te vas a vivir a Merlo?”. Por ahora, sólo Dios lo sabe…


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