Mucho vengo hablando desde hace bastante tiempo del anti
método que se me ocurrió horas antes de recibir a mi primer alumno, varios años
atrás.
¿Estudiar Tarot? Noooo… ¿Ser yo el que te diga lo que cada
Arcano significa? De ninguna manera. Mi rol se limitará a acompañarte por ese
recorrido arquetípico, invitándote a que expreses, con total libertad, lo que
cada una de esas imágenes te dice.
Luego viene la práctica. Para darle un encuadre te enseño
diferentes formas de lectura: la que podemos usar ante una pregunta concreta y
puntual, para un vínculo (sea una pareja, madre hijo, hermanos, socios, etc.),
línea de tiempo, tirada astrológica… Las mismas son sólo sugerencias, siempre
el alumno tiene la libertad de elegir con cuál ejercitar, y también, por qué no,
crear una!!
Este fue lo que sucedió ayer, con un Ser tan bonito, una
alumna tremendamente psíquica y con niveles de videncia sorprendentes. Le
propuse que juntos inventemos algo; entusiasmada aceptó el convite, y, como
único disparador, le dije: “Se me ocurre poner cuatro cartas. ¿Qué agregarías
vos?”.
“Vale. Cuatro cartas. Familia. Papá, mamá e hijo/s”. fue su
respuesta. “¿Querés que veamos a mi familia?”. Hacia allí fuimos…
Lo que surgió fue una maravilla, una obra de arte. Todo lo
que se le iba ocurriendo cobraba una coherencia fantástica, todo tomaba forma
como en un rompecabezas divino. Tengo tres hermanas, y sólo Dios sabe porqué
sintió que el tercer hijo (yo en este caso), debía estar ubicado a la izquierda
del primero, y el cuarto a la derecha del segundo. Al menos en esta ocasión, la
proximidad de las cartas coincidía a la perfección con la cercanía que siempre
existió entre quien escribe y mi hermana más grande, en muchos aspectos de
nuestras vidas y proyectos.
“Agregamos a los abuelos?”. Allí estaban, tan presentes
todos los integrantes de mi árbol, en la descripción tan cabal que mi alumna
hacía de la caracterología de cada uno de ellos, de sus problemáticas más
profundas, de los juegos de roles… Y de lo que a mí me había tocado como “destino”,
para resolver, sanar, integrar.
La manifestación de lo maravilloso que resulta dejarse
llevar en un juego creativo sin ataduras ni rigideces, ni pautas preconcebidas,
sin ningún “maestro” poseedor de ningún saber.
Les comparto la foto original de lo que surgió ayer, con las
referencias del esquema, por si desean indagar en sus propios clanes.
Cartas:
1) Papá.
2) Mamá.
3) Primer hijo.
4) Segundo hijo.
5) Tercer hijo.
6) Cuarto hijo.
~ Si hubiera un quinto hijo se pondría a izquierda del
número 5), siguiendo así la secuencia.
7) Abuelo paterno.
8) Abuela paterna.
9) Abuelo materno.
10) Abuela materna.
11) El consultante.
~ Podemos, si así lo deseamos, seguir hacia arriba con los
bisabuelos, etc.
A abrazar a nuestros ancestros con Amor y Fe!!
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