Podría decir que me resulta interesante ver las muy diversas
formas en que diferentes astrólogos encaran esta exquisita disciplina… Pero
acaso, mis queridos lectores, quieren que les mienta? En todo caso, a lo sumo,
y en un acto de grandeza que veo que me excede, podría llegar a decir que lo
“interesante” es que exista esa diversidad… Pero la mayoría de las formas en
que se aborda la Astrología está muy pero muy lejos de mi agrado…
Entiendo perfectamente que tanto el desarrollo evolutivo de
cada Alama, como así también la forma en que esté diseñada cada carta natal es
lo que dispara, en definitiva, que cada ser humano comulgue con determinado
enfoque y no con otro. Así, alguien con abundante energía sagitariana podría
verse inclinado a atiborrar su mente de conceptos, sintiéndose a gusto con
reconocerse a sí mismo como un erudito en la materia…
Claro que el componente “ego” no puede quedar de lado a la
hora de analizar la situación: por eso hablaba del recorrido o aprendizaje
álmico más arriba… Qué parte de mi Ser necesita saberse tan sabio?, sería le
pregunta ineludible…
En los últimos días, de manera llamativamente sincrónica, ha
emergido este tema con la mayoría de mis alumn@s. Ell@s, sumamente inquietos,
vienen a mí preguntándome qué significa tal o cual cosa. A esta altura del
partido, sabiendo mi forma de trabajar, a Dios gracias ya no se asustan cuando,
en una gran mayoría de ocasiones, les respondo que no tengo la más mínima idea
de lo que me están hablando…
“Estuve leyendo que un planeta puede estar en su domicilio,
o en detrimento, o caída, algo así… Qué significa eso?”. “Eso, mi estimada,
significa que hay mucha gente dispuesta a ponerle nombre a todo, a tomar
contacto con el mapa astral de manera lógica y racional, como quien analiza una
ecuación matemática, incapaz de sumergirse en ese jeroglífico de forma
intuitiva y sensible”, le respondí.
“Si yo te digo ‘conejo en la selva’, o ‘elefante en un
jardín’, necesitas haber estudiado veterinaria o zoología para poder responder
de manera coherente y con sentido común acerca de lo bien o mal ‘aspectados’
que están esos animales en esos ámbitos?”. “No, claro que no” …
Cuando ya sabemos lo que implica cada planeta y cada Signo,
qué principio rige cada uno de ellos, llega la hora de empezar a intuir… “Cómo
se lee Venus en Capricornio?”, típica pregunta del educando… “Vos cómo lo
sentís?”, mi típica respuesta.
Les hablaba del ego… La segunda pregunta del millón sería:
Pará qué quiero estudiar astrología? Para poder pavonearme como poseedor de un
conocimiento complejo y encriptado, con la consecuente cuota de poder que
tendré de ahí en más? La respuesta a ese cuestionamiento la tuve mucho antes
aun de emprender mis estudios zodiacales: lo que e mí me desvela es poder
ayudar a todos los seres humanos sufrientes que estén a mi alcance…
Me contacta en el día de hoy una astróloga y docente que
quiere, entre otras cosas, profundizar sus estudios sobre Kirón, ya que sus
alumnos se lo requieren, y, según sus palabras, le cuesta conceptualizarlo por
su posición por Signo o Casa. Pero por el contrario me dice: “Cuando veo todo
el mapa de una persona, en el contexto total de la carta, de manera intuitiva
me llega la información de esa herida primaria…”.
Bendije la llegada de ese Ser a mi Vida…
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