CAPRICORNIO.
“LA RECONSTRUCCIÓN”.
Arcano Mayor XVI, LA TORRE.
© Justo Félix Olivari Tenreiro.
Quien haya leído lo anteriormente escrito hasta acá, estará
anoticiado de la importancia y trascendencia de los tránsitos tanto de Plutón
como de Saturno por el Signo de Capricornio. He hablado de cómo los mismos han
afectado a los signos de Cancer y de Libra, por oposición y cuadratura,
respectivamente, y ahora nos toca saber qué es lo que han venido experimentando
y seguirán sintiendo como importante oportunidad de cambio y transformación ni
más ni menos que los capricornianos, los grandes protagonistas de esta
historia.
Dicho está que una cosa es lo que las energías en sí mismas
nos proponen, y otra muy distinta es cómo nosotros, los seres humanos, las
podemos expresar. A partir de la segunda mitad del Zodíaco, esto es desde Libra
hasta Piscis, la cosa se complica bastante. Hemos demostrado, como humanidad,
que todavía estamos bastante lejos de poder expresar las mejores cualidades de
las mismas.
Capricornio es el último de los signos de Tierra, y como tal
es la manifestación de lo concreto por excelencia: acá la realidad no resiste
grises ni paradojas. Las cosas son como son. Esto suele teñir a las personas de
este Signo de una caracterología de personalidad un tanto rígida, con poca
adaptación a las situaciones cambiantes, con marcada tendencia a la rutina, a
lo metódico, a lo fijo, y con un gran sentido del deber, del orden y del
trabajo.
Lo que le queda más lejos, lo más distante para ellos es el
campo de lo emocional. Nadie puede estar, al mismo tiempo, en misa y en
procesión. Quien ponga tanta energía en hacer, realizar y concretar,
necesariamente le está restando atención a los mundos íntimos, sensibles y
empáticos representados por Cancer, precisamente la energía opuesta. De ahí que
los capricornianos tengan cierta fama de “fríos” y distantes.
Los tránsitos de estos dos astros tan significativos, Plutón
desde 2008 y Saturno desde diciembre de 2017, y que se extenderá durante todo
el presente año, le están dando la oportunidad a estos nativos de resignificar
su identidad más profunda, aquella relacionada ni más ni menos que con el Sol.
Puede que a esta altura de los acontecimientos muchos de ellos casi que no se
reconozcan, luego de tantas crisis atravesadas, tantos desafíos a su
estructura, tantos cambios no deseados conscientemente, pero seguro muy
positivos y con mucha utilidad para su evolución personal.
Es probable que, si aún no les llegó la hora, de ahora en
más sientan una creciente necesidad de estar más tiempo en contacto con sus
afectos, que empiecen a darle más valor a lo vincular, restándole de a poco
tanta atención a lo laboral y a la búsqueda de prestigio profesional. Y que,
sobre todo, le den un respiro a su sistema óseo, el que suele acusar el impacto
de tantas responsabilidades asumidas, como si el mundo fuera a dejar de girar
sobre su eje sin su esfuerzo e intervención controladora.
La presencia armónica de Urano desde Tauro los va a ayudar
mucho en todo ese proceso de desestructura, aportándoles mayor libertad para
relajarse, tomarse un recreo entre tantas ocupaciones, permitirse el descanso
y, por qué no, alguna que otra actividad lúdica y creativa.
La carta de LA TORRE, EL Arcano Mayor XVI, es bastante
explícita. La estructura (Capricornio), se está desmoronando, y lo peor que se
puede hacer es pretender permanecer en la misma, resistiéndonos a lo
inevitable. Si mantenemos una relación, un trabajo, un hogar, una familia, una
profesión o lo que sea, sólo por el hecho de que nos aporta seguridad y que nos
identifica con mandatos y tradiciones, inevitablemente empezará a crujir.
Puede que los capricornianos se sorprendan de sí mismos
pensando, deseando y actuando de formas extrañas. O conectando con una potencia
que hasta hace poco les parecía inverosímil… Es casi inevitable sentir miedo
ante tanto cambio, pero lo mejor que pueden hacer frente a todo esto es confiar
en que se sentirán dichosos, plenos y felices en el nuevo orden.
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