En esta mi segunda etapa apelando a la terapia de
Bioneuroemoción como herramienta de sanación, tomé real dimensión de las
bondades de la misma.
Es muy fuerte observar las coherencias que se despliegan a
partir de las premisas con las que este enfoque se desenvuelve. Le contás a la
terapeuta tes o cuatro cosas de tu historia, y todas las piezas parecen encajar
como en un perfecto rompecabezas.
Personas que están en tu vida y que, de acuerdo con su fecha
de nacimiento, son “dobles” de tu mamá, de tu papá, de algún abuelo. O sea,
sujetos a los que no podremos ver de manera cabal, ya que para nuestro
inconsciente serán ese familiar… Escalofriante!! Ahí empezás a entender tantas
cosas…
La forma de retirar semejante proyección es mediante cartas
que jamás enviaremos a ese ancestro, pero que resultan muy liberadoras. Y el
final del trabajo es a través de actos de psicomagia que convierten a este
camino terapéutico en algo muy creativo y dinámico.
Son variados los alcances de la Bioneuroemoción; llegado el
caso, y de ser necesario, podrás sentarte frente a la persona sobre la que
depositaste la proyección y decirle, claramente: “Vos no sos mi padre”, o mi
madre, o mi hermana, o…
Es importante aclarar que en realidad la fecha de nacimiento
de las personas con las que te encuentres no es relevante en sí mismo; tu
pareja puede haber nacido el mismísimo día que tu padre, pero eso, en primera
medida, no tiene por qué ser un impedimento para que la relación vaya viento en
popa. De no ser así, pues precisamente esta terapia te da las herramientas para
despejar esos fantasmas.
Muchas veces es bastante impresionante ver cómo esos
patrones emocionales y esas mandatos y formas vinculares aprendidos de niños,
se reflejan tan claramente en nuestras relaciones más estrechas; posiblemente
esa persona tenga una “percha” de alguna manera adecuada para que yo le haya
podido colgar esos trajes, pero en definitiva es mía la responsabilidad de
hacerme cargo de eso, y de desbloquear en mí lo que impide armonía y salud en
el vínculo.
Llegado ese punto, se me ocurre que un bello y noble acto
psicomágico podría constar en decirle a nuestr@ amad@, con la mayor humildad,
“Te pido perdón por haber llegado a tu Vida sin haber podido sanar todo eso
antes”.
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