© Justo Félix Olivari Tenreiro.
Aquellas almas que hayan tomado la decisión, antes de
encarnar en el cuerpo que actualmente habitan, de darle una vuelta de tuerca a
su relación con la energía taurina, tendrán que saber que uno de los desafíos
más grandes que tendrán por delante estará ligado a la paciencia.
La memoria inconsciente de un pasado no muy lejano habitando
las intensidades arianas será la que se expresará con mucha fuerza durante
mucho tiempo en estas criaturas… La Casa XII es lo que expresamos de manera
natural en los primeros años de Vida; aprendimos ese idioma y expresarnos con
el lenguaje de la Casa I (el Ascendente), nos lleva tiempo.
En tiempos no tan remotos era el buey, un rumiante, el que
cargaba en su lomo el peso del arado, y con enorme constancia caminaba en línea
recta haciendo el surco que luego sería sembrado de semillas. El recorrido del
buey era previsible. Uniforme. Y lento, propio de su contextura corporal, y del
esfuerzo que le implicaba la tarea.
Análogamente, quien tenga Ascendente en Tauro deberá comprender
que la existencia es proceso. Que así como le lleva una buena cantidad de
tiempo al rumiante preparar el terreno para la siembra, una vez realizada esta,
es mayor aun la paciencia que se necesita para ver emerger de la Tierra los
frutos de la misma.
En ese sentido Tauro nos pide algo así como un acto de fe:
confiar en que finalmente veremos los logros de todos nuestros esfuerzos y
empeño, aun cuando en el presente no tengamos evidencia alguna de que ello vaya
a suceder.
La impulsividad ariana es muy proclive a abandonar un
proyecto ante el menor contratiempo. No va a ser de su agrado observar entonces
cómo todo lo que emprende parece desarrollarse en cámara lenta, con un
sinnúmero de dificultades en el camino, que tienen como función despertar en esa
persona la capacidad para la sana y madura frustración.
Como toda energía que está en sombra en los primeros años de
vida, la misma se manifiesta en personajes y sucesos; en el caso de este
Ascendente estar rodeado de, vivir en, o visitar de vez en cuando la naturaleza
en sus expresiones más cabales es algo bastante habitual. Así como también
estar en contacto con individuos muy interesados en cuestiones financieras, o
relativamente “codiciosos”, para quienes la generación de la materia llamada
dinero es sumamente importante.
La alimentación y la nutrición en su más amplia acepción
serán temáticas que seguramente llamarán su atención, además de que muy
posiblemente viva rodeado de personas dispuestas a elaborar los alimentos con
mucha dedicación.
Desarrollar un buen vínculo con todas las expresiones del
hedonismo será lo mejor que esta persona pueda hacer. Respecto al Ser Humano,
acá no hay ninguna entelequia ni nada abstracto: Tauro es la materia, nuestro
propio cuerpo físico biológico. Estimular entonces los cinco sentidos de forma
habitual y cotidiana los llevará a experimentar sensaciones de gran plenitud y
bienestar.
La “maestría” que seguramente desarrollarán con el correr
del tiempo estará vinculada a expresarse como seres estables y previsibles,
contenedores, confiables y seguramente muy nutritivos para aquellos en los que
deposite su afecto.
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