Sanarse, cuidarse y alejarse de lo tóxico, hablar nuestras
verdades y necesidades, cueste lo que cueste, se caiga lo que se tenga que
caer...
¿Duele? A veces sí, claro. El valor de lo auténtico suele
conllevar pérdidas...
Pero si en verdad hay un viaje de ida, si en verdad hay algo
que no tiene retorno es el camino hacia nuestra dignidad y nuestra salud
mental, emocional y espiritual.
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