jueves, 7 de diciembre de 2017

ASCENDENTE ACUARIO: CAMINO HACIA NINGÚN LUGAR.

© Justo Félix Olivari Tenreiro.

“Y Jesús dijo: Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza”. Evangelio según San Mateo, 8:20.

Extraño mi ciudad natal, pero me fui de allí antes de que su locura urbana me enfermara.

Descubrí que puedo vivir en cualquier parte del planeta y soy el Ser más feliz sobre la faz de la de la Tierra por eso. Bendigo el desapego y la adaptabilidad que en esta parte de mi Vida despertaron raudos.

Pero me desquicia no saber cuál es mi lugar en el Mundo. Tengo la certeza de que siempre encontraré felicidad e inconformismo sea a donde sea que vaya.

Amo la vital adrenalina del descubrir y transitar el nuevo rumbo, y quiero volver a mi génesis al mismo tiempo.

Necesito encontrar la Tierra prometida.

Si escucho otras voces enloqueceré. Yo sé muy bien a dónde quiero ir, hasta que la próxima repentina y desconcertante eventualidad me comunica lo contrario.  

Siempre sé a dónde voy, pero no puedo contar nada de lo que he visto y dejado atrás.

Me quedaré acá hasta que el tiempo deje de estar de mi lado. Y así será en cada “acá”, por los siglos de los siglos.

Estoy en un camino hacia ninguna parte. Estoy en un camino hacia el Paraíso, hacia ningún lugar.


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