VOLVIENDO A CASA.
© Justo Félix Olivari Tenreiro.
Ambicioso, escarpado, calculador, pragmático, solitario,
paciente, constante, rutinario, metódico, responsable, rígido, impersonal.
Seguro estos conceptos, y más, podrían definir y describir el viaje del Nodo
Sur en Capricornio.
Como ya lo relaté en entregas anteriores, en los primeros
años de esta encarnación son muy visibles aun los rasgos y características de
esa posición nodal. Entonces, hípervalorizar los logros económicos por sobre los
contactos personales e íntimos, y que todo, o casi, esté supeditado al triunfo
y a los resultados, así como una excesiva preocupación por el ascenso social,
laboral, y profesional serán una constante en estos seres.
Posiblemente arrastre también la tendencia a sentir la
necesidad de estar al mando de todo lo que acontece, a tomar las
responsabilidades demasiado en serio, a estar rígido y temeroso ante la
dependencia, y una marcada predisposición a querer manejar la vida de los
demás.
Ahora bien, todos sabemos que nadie puede estar, al mismo
tiempo, en misa y en procesión… Entonces quien ha volcado durante tanto tiempo
gran parte de su libido en ese mundo “externo” social-profesional habrá
des-nutrido su mundo interno, su relación con el campo de lo emocional,
teniendo respuestas empáticas muy pobres, y tal vez hasta el punto de no tener
mucho registro de qué es lo que le pasa en determinadas situaciones.
Precisamente creo que una de las preguntas más incómodas que
se le puede hacer a una persona con esta memoria tan presente sea: “¿Me contás
qué sentís?”.
Entrar en contacto con ese “submundo” emocional puede ser
percibido como pavoroso. El gran desafío en esta Vida está ligado a poder ir
deslizándose, de a poco, en la calidez canceriana, lo íntimo y lo sensible…
Entablar algún tipo de vínculo en el que haya al menos un poco de intimidad
emocional, un logro importantísimo.
Cancer es la simbiosis. Esa palabra con tan mala prensa para
el psicoanálisis, desde la Astrología toma el significado del encuentro
profundo e íntimo. Entregarse a una relación de ayuda y mutua nutrición es tan
importante para quien eligió encarnar con el Nodo Norte en Cancer o en la Casa
IV, como aterrador, ya que aquí lo que subyace es el miedo a perderse, a indiscriminarse
y quedarse pegado a los otros…
Pero una vez vencido ese miedo y pudiendo ceder al contacto
íntimo y al encuentro personal, se sorprenderá experimentando una individuación
mucho más real que la que le aportaba su aislamiento como mecanismo de defensa.
Cualquier experiencia relacionada a la familia, sobre todo
la maternidad-paternidad puede resultar definitivamente liberadora y permitir
que estas personas logren abrirse de una manera profunda a ese mundo afectivo
al que tanto temen, y que, silenciosamente, tanto anhelan…
No hay comentarios:
Publicar un comentario