jueves, 9 de marzo de 2017

Como DES-APRENDER a leer el Tarot.

© Justo Félix Olivari Tenreiro.

En mis años de experiencia impartiendo clases de Tarot, he comprobado y llegado a esta conclusión: el “alumno” que viene a tomar clases ya sabe hacerlo, ya tiene las capacidades intuitivas y “psíquicas” para leer el Tarot, y lo único que viene a buscar es un espaldarazo, un reconocimiento de esas cualidades, alguien que lo avale y que le reafirme las mismas, en definitiva, viene a buscar CONFIANZA.

Siendo el Tarot una disciplina fuertemente ligada a los aspectos intuitivos y “psíquicos” del Ser Humano, es natural que a muchas personas se les dificulte mucho el aprendizaje “clásico”, al tener que memorizar conceptos y los significados de las cartas, recibiendo información más ligada al consciente izquierdo de nuestro cerebro, que al derecho, el que nos permite concebir las situaciones y las estrategias del pensamiento de una forma total, integrando varios tipos de información, (sonidos, imágenes, olores, sensaciones), y transmitirlos como un todo.

El ANTI-MÉTODO que me surgió fue el de invitar al alumno a que pusiera cada carta, de una por vez, delante de sí, y que simplemente me dijera qué le decía esa carta, qué sensaciones experimentaba al verla, que se fijara en la expresión del rostro del “protagonista” de la misma, y que me dijera qué le sugería esa expresión, pero que también observara el dibujo de la carta en su totalidad, en fin, que no usara la “mente”, y que, sin pudor alguno, expresara lo primero que sentía.

Pues no tengo manera de contar la enorme sorpresa que me provoca escuchar tan bellas y originales “explicaciones”, tan particulares y tan propias de cada Ser… Y “jugar”, geminianamente hablando, en un ida y vuelta de impresiones y sensaciones que ambos nos proveemos desde nuestros aspectos más descontracturados, en un espacio de libertad y placer… Y sentir y ver la felicidad y alegría de los alumnos, al sentirse liberados y aliviados, como me dijo otra alumna, “Al no tener que hacer memoria!!”, y respetados y respaldados con respecto a lo que sienten y VEN…

Esa persona empieza así a familiarizarse con lo que luego va a ser moneda corriente cuando se disponga a hacer una lectura o tirada: CONECTAR CON SU INTUICIÓN, CON SU SENSIBILIDAD, CON LO QUE LE DICE SU “PANZA”.

Me limito a compartirle a mi interlocutor lo que me ha representado esa carta en mi experiencia leyendo el Tarot, y luego, claro, le enseño diferentes tiradas, haciendo hincapié en la denominada “Astrológica”, o sea, usando las 12 Casas o áreas de Vida con las que se rige la Astrología, ya que me parece la más completa en principio. 

Ver a estas personas desplegar sus cualidades y capacidades cuando se apropiaron de la seguridad en sí mismas, y ser protagonista de la felicidad que eso les provoca y los sentimientos de libertad con los que entran en contacto, es una de las gratificaciones más grandes que recibo trabajando con estas disciplinas.


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