martes, 23 de septiembre de 2014

LUNA EN ARIES…

© Félix Olivari Tenreiro.

- Te dije que ordenaras tu habitación!!
- Sí, mamá, pero ya me lo dijiste 20 veces en media hora!!

Algo así serían los diálogos recurrentes entre una madre (o padre) y su hijo/a con Luna en Aries…

“Mamá (o papá) insiste tanto… Está todo el tiempo encima mío, no puedo estar tranquil@, siento que todo el tiempo me invade, me asfixia!!”.

Esta escena describe el mejor de los escenarios posibles para esta Luna. En el peor, sencillamente suceden escenas de violencia concreta, física o verbal; el clima en ese hogar está fuertemente cargado de agresividad.

¿Cuál suele ser la respuesta de este niño? Empieza a sentir y a darse cuenta que la única forma de ser registrado es… Gritando!! Que la única manera de “sacarse de encima” a su padre/madre es reaccionando así.

Entonces este ser hoy pequeño, mañana un adulto, si no elabora esta temática, seguirá repitiendo esa forma de reaccionar cada vez que se sienta triste o solo… E invadido, claro… Reaccionará gritando, desde el momento en que el afecto que recibió de papá o mamá estaba impregnado de energía ariana. Algo así como volver a casa, como estar otra vez con mamá...

¿Sos madre/padre, tu hijo tiene la Luna en Aires y te sentís espantosamente mal al leer esto? En ese caso es bueno que sepas que el vínculo con tu hijo estará indefectiblemente teñido por esta temática: es él el que tiene la Luna en este Signo, es él el que ya trae esta cualidad emocional, y no sos vos el/la que generó esto en el niño.

Por más que desde hoy reprimas tus insistencias y empieces a murmurar en lugar de expresarte a los gritos, es muy probable que el bonito de tu hijo en algún momento haga algo que literalmente te saque de las casillas… Y así empezarán a gritar los dos!!

En todo caso podrás plantearte algunas cuestiones, como bajar un poco los decibeles de tu intensidad y probar cómo resulta decirle las cosas una sola vez y no quinientas.

Pero, más allá de tus buenas intenciones y de todo lo que creas que podés hacer para mejorar tu relación con él, tené en cuenta que lo que se manifiesta entre ustedes es un vínculo entre dos seres con características particulares, que él ha nacido con su propia impronta energética y emocional, y que de ninguna manera los padres son los “causantes” de nada.

Sí son el vehículo para que el niño desarrolle y trabaje lo que tiene que aprender en esta encarnación… Para eso te eligió, ¿verdad?


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