Está más que claro que para tener una consulta con un
Consultor en Decodificación Bioemocional de ningún modo es imprescindible haber
ido antes a ver a un astrólogo para que nos oriente sobre por dónde encarar
determinada dificultad en nuestra vida. Lo que me propongo con esta nota, es sí
resaltar cómo muchas veces necesitamos esa lectura previa, desde el momento en
que nos cuesta comprender qué es lo que nos está pasando.
Estaba redactando esta nota cuando una persona me pregunta,
por mensaje privado, cómo hacía para ver el árbol genealógico en una Carta
Natal… ¿Cómo responder semejante pregunta en un par de líneas?
En mi caso no tengo una fórmula. No hay nada tabulado, nada
que se pueda enseñar ni delinear de manera concreta. Son todos los saberes
respecto de lo que cada energía representa y significa, los que me van llevando
hacia las conclusiones a las que llego. Lo mejor, entonces, es relatarles casos
concretos de algunas consultas recientes.
Una mujer me plantea su enorme dificultad para ponerle
límites a su hijo de 9 años de edad. Ese niño era indomable, según su relato.
Nada ni nadie lo detenía, tan rebelde y auto afirmativo. “¿En dónde está el
padre?”, fue mi primer pregunta. “Su padre no existe, es un adolescente incapaz
de hacerse cargo de su hijo, al igual que mi propio padre, otro inmaduro
crónico”. Bien….
La “inmadurez” de un ser humano está relacionada, entre
otras cosas, a su dificultad para aceptar límites, ¿verdad? ¿Y qué principio
energético nos habla de esta temática? Saturno, el regente de Capricornio, la
figura arquetípica del Padre! Ese niño estaba siendo total y absolutamente fiel
a los mandatos de, en este caso, ambas ramas de su clan, no aceptando límite
alguno! (Su mapa astral mostraba una hipertrofia ariana, y un muy debilitado
Saturno).
Esto que, en un punto, puede parecer de muy simple lectura,
es algo que, en mayor o menor medida nos pasa a todos: que nos cueste mucho ver
en dónde está el origen del problema, eso que desde afuera parece evidente… La
mirada del astrólogo conceptualiza, ordena, y le pone nombre a esa dificultad.
Un hombre de unos 56 años, al que llamaré Ernesto, había
empezado, tiempo atrás, a dedicarse a una labor que lo satisfacía con creces,
dejando atrás el trabajo en relación de dependencia que ejerció durante
décadas, pero no lograba la prosperidad económica que deseaba. Completamente
consustanciado con el enfoque de Decodificación Bioemocional, no le encontraba
la punta al ovillo de lo que le estaba sucediendo.
Su matriz natal mostraba a una madre intrusiva,
controladora, bastante manipuladora. Sus comentarios sobre ella, así lo
confirmaban. Esa madre nunca estuvo de acuerdo con el cambio de rumbo
profesional de mi consultante. Victimizándose y culpando a su hijo de sus
problemas de salud, producto del disgusto que esa situación le provocaba a
ella, según sus palabras…
La energía por excelencia con la que nos dejamos inocular
con culpa es la pisciana. Pues bien: en la Revolución Solar de ese año de mi
consultante, un gigantesco Neptuno (regente de Piscis), desde la Casa X, la que
nos habla de lo profesional, le hacía oposición al Sol de Ernesto, siendo este,
durante ese año, el regente de su Casa ll, sus recursos… Estaba clarísimo, al
menos para mí, que la mirada internalizada de esa madre omnipresente en sus
mensajes culpójenos, era lo que le estaban impidiendo a él desarrollarse de
manera próspera en su nuevo emprendimiento laboral.
Ernesto no tenía el permiso de su madre para ser feliz con
la profesión que había elegido. Ella lo hacía sentir culpable por esto, y eso
era puntualmente lo que él tenía que sanar y liberar. Asintió con una sonrisa,
mientras me contaba que su madre, al día de hoy, le sigue preguntando si ya
había conseguido trabajo…
En verdad espero, con estos dos ejemplos, haber podido ser
claro a la hora de mostrar lo importante que puede ser un encuentro para la
lectura de una Carta Natal como guía lineal y diagnóstico sobre en dónde se
encuentra el origen de cualquier síntoma, físico o no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario