viernes, 24 de mayo de 2019

CONSIDERACIONES SOBRE LA CARTA NATAL DE ARGENTINA.

© Justo Félix Olivari Tenreiro.

A horas de que se cumpla un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo, puntapié inicial para la independencia de Argentina que se plasmaría en 1816, me dispuse a escribir estas reflexiones sobre su carta natal que hace tiempo rondan mi mente…

Bastante se ha hablado ya de su dichoso Ascendente en Libra, lo que ha redundado en que, en tanto lo va integrando, desde el principio de sus días todos los antagonismos internos habidos y por haber hayan atravesado la historia de esta República. También han corrido ríos de tinta referidos a la oposición de su Sol con su Luna, el primero representando a las figuras de los gobernantes, la segunda, la imagen del pueblo. Está claro que la palabra “oposición” describe por sí sola el eterno conflicto entre los intereses de unos y de otros…

Hoy me quiero detener en algunos aspectos relacionados a creencias y formas de concebir ciertas realidades que atraviesan a esta comunidad.

Neptuno en Casa ll bien puede hablar de lo solidario de este pueblo, lo que, junto con su Sol canceriano, ha convertido a esta tierra en un lugar muy hospitalario para millones de personas de otras partes del mundo, desde hace siglos. También, de lo generosa que es a la hora de generar sus recursos; hoy en día Argentina produce alimentos para más de 300 millones de personas en el mundo entero.

Pero la faz más sombría de este aspecto, ligada (como todo lo que es tocado por la energía pisciana), a la inmolación-martirio, es la tan exacerbada hiper valoración que sus mismos habitantes tienen del esfuerzo, del sacrificio que se debe realizar para conseguir la materia para su subsistencia… “Yugarla”(palabra del lunfardo que habla de trabajar duro), “El laburante que se levanta a las 5 de la mañana para llevar el pan a la mesa familiar”, “Romperse el lomo trabajando”, son expresiones tan trilladas como de altísimo impacto en quien la escucha, y de sonoro orgullo en quien las declama.

Que ese mismo Neptuno esté en cuadratura con Kirón en Piscis, en la mismísima Casa VI, la del trabajo cotidiano (siendo Neptuno el regente de esta última), es más de lo mismo, con su consecuente sentimiento de culpa que posiblemente atraviese a todo aquel que genere sus ingresos de manera fácil y sin mayores esfuerzos, con la acostumbrada crítica, intolerancia y sospecha hacia quienes ostentan un muy buen pasar económico…

Otro aspecto que llama muchísimo la atención, que resulta decididamente alarmante en tantas ocasiones, es la idealización que muchos de sus habitantes hacen de algunos de sus gobernantes, elevándolos poco menos que a una condición de dioses, una vinculación con ribetes místicos, en donde se hace imposible ver siquiera la condición humana de ese ser, donde la critica sana y racional queda totalmente desdibujada en esa entrega de poder hipnótica.

Idealización, misticismo, hipnosis, mis palabras; efectivamente, en este otro entuerto está una vez más implicada la energía pisciana, haciendo Neptuno una cuadratura a Plutón en Piscis: quienes ostentan el poder bien pueden ser vistos entonces como iluminadas figuras litúrgicas que vendrán a rescatarnos del caos en que nosotros mismos nos metimos…

Entiendo que esa incapacidad para discernir, calificar, examinar y distinguir, está dada también por lo que llamaría “La memoria del dogma”: el Nodo Sur en Sagitario relata la costumbre de apegarnos a verdades de tinte religioso-doctrinario, a las que una parte importante adhiere sin más, siendo precisamente el Nodo Norte en Géminis el que nos está invitando a cuestionarlo todo, para así empezar a encontrar otras verdades, menos irrefutables, pero que nos identifiquen y no permitan tomar decisiones en libertad…

No llores por mí, Argentina…


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