© Justo Félix Olivari Tenreiro.
Tanto aquellos que tiene el Sol, la Luna como el Ascendente
en Piscis comparten, cada uno con sus bemoles, la misma vivencia existencial:
una sensibilidad extrema.
Las mega metrópolis, salvo que el resto de la Carta Natal
marque lo contrario, no fueron diseñadas para albergar ni contener semejante
estado de ingravidez. Estos seres más bien deberían vivir en espacios naturales
más parecidos a la bucólica pradera que habitaba la joven Heidi en compañía de
su abuelito y de todos esos animalitos tan amorosos…
Como sea, el aprendiz de esta energía tan compleja se verá,
en sus primeros años de vida, habitando mundos intangibles, en diálogo con
energías y seres de toda índole, siendo incapaz, por un lado, de
conceptualizarlos, y por otro, de compartirlos con alguien más, a sabiendas de
que nadie, en su entorno, va a validar sus percepciones tan
“subjetivas"...
La reacción del nativo suele ser, entonces, la de negar
rotundamente todo contacto con cualquier cosa no “real” o tangible, en un
intento por ser aceptado y formar parte del mundo de la gente “normal”. De
todos los protagonistas del Zodíaco, los que más brutalmente se polarizan en su
opuesto complementario, son precisamente los que cargan con esa alta carga de
energía pisciana, mostrando y desempeñando las cualidades más primitivas y
hasta absurdas de lo virginiano, en un torpe intento por encontrar algo de
estructura que le brinde calma a la desquiciante vivencia de la no forma.
Abrazar Piscis y no morir en el intento, ese es el desafío
que han venido a abrazar y trascender estos sujetos.
Si la pradera de Heidi no es posible de ser anidada, además
de esa polarización exagerada en Virgo, la persona que experimente como
intolerable semejante porosidad podría encontrar refugio en el alcohol, o en
cualquier otra clase de alterador del estado de ánimo, como la comida, los
estupefacientes, o, si otros indicadores del mapa van en esa dirección, la
compulsión sexual.
Es fundamental que hagan algo con esas poderosas energías
que tienen como recurso. Poner esa infinita compasión y capacidad empática a
favor de los demás en su trabajo o profesión les dará un sentido a los
padecimientos vividos y por vivir por su condición excesivamente vulnerable.
Darle un cauce a sus aptitudes psíquicas y mediúmnicas en la
actividad que más deseen (Astrología, Tarot, borra de café, Runas, lectura de
manos, etc.), es de una importancia casi vital, desde el momento en que la no
fluidez de ese torrente energético suele volverse en contra de los dueños de
ese canal, emergiendo así habituales trastornos físicos, cuando no
psicológicos…
Indispensable, claro, que busquen toda la ayuda habida y por
haber para transitar los días en el plano de la materia de la forma menos
traumática posible, elementos que les den algo de estabilidad, protección y
sensación de “estructura”: homeopatía, esencias florales, gemas, trabajos con
visualización y hasta una alimentación adecuada que potencie el elemento Fuego
en sus cuerpos.
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