© Justo Félix Olivari Tenreiro.
Si soñar no cuesta nada, me permito hacerlo con que llegará
el día en que tanto el aficionado, el aprendiz como el estudiante avanzado de
astrología, y el público en general, comprendan que no hay pregunta más torpe
para hacerle a un astrólogo del tipo: “Saturno va a entrar en mi Casa V, ¿qué
me puede pasar?”.
Antes que nada, decir algo que para mí resulta de una
obviedad cartesiana, pero según parece no seríamos muchos los que lo tenemos
así de claro: sin ver ni analizar la carta natal en su TOTALIDAD, no hay forma
de dar una respuesta responsable.
Y tampoco alcanza simplemente con ver ese mapa, por más que estemos
diez horas analizándolo; si no hablamos con el dueño de esas energías para
saber en dónde está parado en la vida, y qué ha podido hacer con los diferentes
aprendizajes y desafíos que eligió en esta encarnación, sólo podremos elaborar
muy frágiles hipótesis…
No es lo mismo que Saturno le transite la Casa V a una joven
de veinte y pico de años con Ascendente en Leo, que lo haga en la misma Casa de
una mujer de 43 años madre de dos hijos.
La primera, con ese Ascendente en Leo que le pide
internalizar a lo largo de su existencia lo que significa ser “centro”, y que
ese despliegue pueda incluir una genuina expresión lúdica y creativa, podría
verse sumergida, durante ese recorrido planetario, en un profundo replanteo
respecto a cómo se desenvuelve cuando está presente la mirada ajena, cómo se
vincula con lo artístico y/o creativo a todo nivel, y cuán espontánea puede ser
a la hora de mostrarse y salir al mundo. Todas las temáticas señaladas, correspondientes
tanto a su Ascendente leonino como a la Casa V, precisamente el área de vida
que trata los asuntos del 5° Signo del Zodíaco.
Pero una madre con una hija que está por terminar la escuela
secundaria, con lo que eso representa en cuanto a dar un salto de madurez, y
con otro hijo que está por empezar esa misma etapa escolar, en donde las
exigencias serán mayores, se verá, seguramente, con el tránsito de Saturno por
su quinta Casa, ante unos desafíos muy distintos a los de la joven del primer caso.
Una mujer con estas últimas características me consultó días
atrás. Sabiendo los momentos por los que estaban atravesando ambos vástagos, le
dije que lo que sentía era que muy probablemente ella misma se sintiera y se
pusiera mucho más “saturnina” en su relación con ellos…
Me miró casi que con estupor, y luego de recobrar el aliento
me dijo: “Es tal cual!! Yo misma me sorprendo de verme así, sobre todo con el
más chico; siempre fui con él muy piscianamente protectora, pero ahora me llama
la atención que me he puesto mucho más firme, ya no le puedo consentir todo, y
le transmito que ya no puede darle lo mismo que le vaya bien o mal en un
examen, que a partir de esta nueva etapa las cosas tienen que cambiar”.
La Casa V, para aquellos que no lo saben, también está
ligada a este tipo de “creaciones”: los hijos.
Entiendo que no es necesario agregar mucho más a lo
expuesto. Esto mismo podemos llevarlo al terreno de cualquier cuerpo celeste
atravesando cualquier Casa o área de vida de nuestro mapa astral.
Y por último, otra verdad Suprema, que los al principio
mencionados parecen olvidar cada vez que formulan una pregunta de ese estilo:
CADA SER HUMANO ES ÚNICO E IRREPETIBLE. Pretender dar entonces respuestas
uniformes sobre lo que se puede llegar a experimentar frente a un determinado
estímulo, es de una ceguera y una torpeza extremas.
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