© Justo Félix Olivari Tenreiro.
Recuerdo que desde mi más tierna adolescencia supe que mi
profesión debía estar ligada a alguna forma de “servicio”, algo con lo que
poder ayudar a sanar a los demás… Pero Ascendente en Géminis mediante, me llevó
siglos definir cuál era ese camino, y estudié entonces las más diversas
materias, todas asociadas a esa inquietud primaria. Todo ese recorrido me
enriqueció mucho, como el que, en paralelo, encaré a modo terapéutico
apoyándome en las más variadas disciplinas, desde las clásicas hasta las
transpersonales y corporales, intentando escapar de esa especie de
desesperación existencial que me aquejaba…
No fue fácil para mí hacer pie en esta maravillosa
disciplina; tenía el pre concepto de que era algo muy complejo de abordar, y
que había que estudiar muchos textos. La que en ese momento era mi astróloga de
cabecera me convenció para que me lanzara a hacerlo, resaltando que en mi carta
natal había excelentes aspectos para el desarrollo de la misma (Urano, el
regente de mi Casa IX, en conjunción con Mercurio en mi Casa III). Le hice caso
y, para mi enorme sorpresa, me resultó inusitadamente sencillo comprenderlo
todo!! Más que aprender, era como estar recobrando la memoria.
Pronto comprendí que podía capitalizar todos los
conocimientos adquiridos previamente, los que absorbí como estudiante, y los
que recogí en mi experiencia terapéutica, y ponerlos a disposición de los
demás. Pues de eso se trata, para mí, estar a disposición de un consultante…
¿Es acaso el astrólogo un mero guía turístico que sólo se limita
a describir el Cielo de quien lo consulta? ¿Es capaz de explicarle qué es lo
que puede aprender, desarrollar y sanar a partir de los diferentes tránsitos
planetarios? ¿O simplemente lo alienta a que tenga “paciencia” ya que en breve
ese planeta se “irá” a otra parte? ¿Posee la capacidad de contarle qué
significado tiene cada oposición, cuadratura y conjunción en su mapa natal? ¿De
dejarle bien en claro que nada de eso es una condena divina y sí bellísimas
oportunidades de crecimiento? ¿Puede decirle, de manera concreta, cómo integrar
cada una de esas energías que aparecen distantes entre sí?
¿Se encarga de explicitarle que todo lo que está impreso en
ese mapa puede ser trabajado, mejorado, sanado o abrazado desde otro lugar de
consciencia, o se convierte en un estigmatizador serial que deja estampada en
la mente de quien tiene enfrente toda una caterva de etiquetas limitantes?
¿Tiene recursos para derivar o proponerle a su cliente diferentes herramientas
para abordar sus conflictos?
No es lo mismo recomendarle a una persona híper mental,
incapaz de tomar contacto con su campo emocional, que vaya a acostarse por años
en el diván de un psicoanalista, que invitarla a que encare una terapia
corporal como el Análisis Bioenergético en donde se le propondrá que integre lo
que tiene del cuello para abajo. Y no habrá manera que alguien pueda acceder a
una resolución viable por medios terapéuticos “clásicos”, de una problemática
que a todas luces aparece en su carta natal como de origen transpersonal. Y así
de mil maneras más…
No concibo la Vida sin transformación. Mi propia existencia
es un compendio de muertes y resurgires interminables, algo que está mucho más
allá de mi intención consciente. No puedo hacer otra cosa, mi matriz energética
se manifiesta así. Soy plutoniano. Y necesito sanar.
Cada ser humano tiene su propia y muy particular forma de
reinventarse, cada uno con sus tiempos. Pero si no puedo ofrecerte algo que te
abra los ojos, si no logro que concibas que lo que te pasa, aun cuando te estés
desgarrando de dolor, es la Gracia misma, que ese proceso Sagrado es el que te
llevará a un nuevo amanecer, si no logro convencerte de que lo que nos duele es
resultado de nuestra ignorancia sobre el plan Divino que nosotros mismos
elegimos, y que para eso la Vida nos ha regalado ese maravilloso mapa astral,
para que nosotros, como traductores de ese jeroglífico te ayudemos a
descifrarlo y podamos acompañarte en ese viaje, si no puedo hacer nada de eso,
la Astrología no tendría el más mínimo sentido para mí…
No hay comentarios:
Publicar un comentario