© Justo Félix Olivari Tenreiro.
Me consultan por la modalidad con la que imparto los cursos
de Tarot, y la mayor cantidad del tiempo de mi respuesta se la lleva explicarle
al/la interesado/a por qué no voy a ser yo el que le diga qué significado tiene
cada Arcano…
Lo más empírico de mi respuesta está en recordarle que
existen cientos de mazos de Tarot distintos, y que, por lo tanto, cada
dibujante o ser humano que se dignó a crear el suyo, se tomó la libertad de
hacer con cada carta lo que le vino en gana, o lo que el nombre de ese Arcano
le resonó en lo más profundo de su Ser.
Pues bien, quien mire las dos imágenes que acompañan esta
nota verán que resulta sencillamente imposible hablar de un significado único e
inequívoco de, en este caso, la carta La Fuerza.
Si un alumno se compró el mazo de la derecha y el otro el de
la izquierda, ¿qué les digo? ¿Obligo al del mazo de la izquierda a que conciba
“la fuerza” como algo simbólico más ligado a cierta destreza o a la capacidad
de persuasión, cuando lo que él está viendo es “la fuerza” expresándose en su
forma más brutal y primitiva?
¿Manipulo al alumno poseedor del mazo de la derecha hasta
convencerlo de que esa carta le habla de lucha, cansancio, esfuerzo, y peligro
de muerte?
La misma libertad que se han tomado los creadores de las imágenes
es a la que tiene derecho a acceder quien las va a leer…
Tuve dos alumnas que, con el MISMO mazo de cartas, tenían
una sensación y visión completamente opuesta del Emperador: una veía a un
“padre” amoroso, contenedor y un tanto bonachón; la otra a un déspota que hacía
un pésimo uso de su poder. Las dos lecturas son VALIDAS…
Cuando una de ellas tenga enfrente a un consultante con un
padre amoroso y compañero, pues aparecerá el Emperador para representarlo. Esa
carta, seguida del Diablo, por poner un ejemplo, mutará su impronta hacia
alguien con mal carácter y tal vez violento o manipulador.
Cuando la otra alumna tenga ante sí a un consultante con un
jefe despiadado y abusador, será también el Emperador la que lo describa. Y así
sucesivamente…
Decirle a un alumno de Tarot cómo debe sentir cada carta,
qué debe ver en ella y cómo debe leerla, me resulta de una violencia inaudita.
Para los que vamos a acompañar a alguien por este
maravilloso recorrido, el trabajo interno que nos compete es sobre el CONTROL,
sobre nuestra autoestima para no necesitar reforzarla mostrándonos como los
poseedores del “saber”, y revisar cómo nos vinculamos con el concepto de
Libertad; si nos damos permiso para tener un criterio propio de las cosas y las
situaciones, o amamos-necesitamos que alguien nos diga qué es lo que tenemos
que pensar y cómo debemos elaborarlas…
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