viernes, 11 de septiembre de 2015

LA CARTA NATAL: UN MAPA QUE NO DICE NADA.

© Justo Félix Olivari Tenreiro.

Desde los que creen que en la misma se puede ver el futuro, hasta muchos de los que como yo la utilizamos como una herramienta de auto conocimiento y de apoyo en nuestro trabajo de crecimiento personal, hemos creído en algún momento que la Carta Natal de un ser humano era una fuente de información clara y precisa sobre el mismo.

Supongo que los que intentan adivinar futuros improbables seguirán convencidos de eso. En mi caso, a través de los años y de trabajar con consultantes, llegué a la conclusión de que las cosas son bien distintas.

Damas y caballeros, un mapa natal sólo nos aporta HIPÓTESIS.

Dos personas de la misma edad con Luna en Virgo habrán elaborado de manera muy distinta lo que eso significó en materia de mandatos familiares ligados, en este caso, a la sobre adaptación que se les exigió cuando niños.

No hay dos personas en el mundo que hayan desarrollado, de igual forma, en el mismo lapso de tiempo, el aprendizaje que significa el Ascendente, cualquiera sea este…

¿Cómo puedo saber yo, con sólo mirar un mapa, cuán sanada o no está la herida kironiana de quien tengo sentado frente a mí por primera vez en mi Vida?

¿Cómo saber con cuál de los dos planetas de una conjunción o de una oposición está más identificada la persona, habiendo proyectado la energía del otro? ¿Y si acaso ya hizo un trabajo importante de integración de esa polaridad?

¿Puedo dar por sentado que quien tiene muchos planetas en Capricornio, por poner un ejemplo, es un autómata que tiene toda su vida cronometrada y que sólo se siente seguro en la rutina? He visto a muchos consultantes incorporar y abrirse, con el correr de los años, a energías que de jóvenes les resultaban extrañas y lejanas, y sentirse muy a gusto con las mismas…

Hay personas que no cambian mucho a lo largo de los años… Hay otras cuyas transformaciones son, en verdad, muy profundas, y una constante en sus existencias. Pero yo, como astrólogo, no tengo manera de saber cuál de estas realidades es la de la persona que se sentará frente a mí en un par de horas, a menos que lo indague. 

Escuchar tanto como hablar. Preguntar. Preguntar antes de afirmar y de dar por sentado. De eso trata básicamente la entrevista con un consultante, el único que tiene las respuestas de todas las hipótesis que nos planteamos al momento de ver su Carta, a menos que nos guste la idea de usar la Astrología como otro de los tantos medios que tenemos los humanos para llenarnos de pre-conceptos, encasillar y etiquetar a los demás…


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