© Justo Félix Olivari Tenreiro.
Desde los que creen que en la misma se puede ver el futuro,
hasta muchos de los que como yo la utilizamos como una herramienta de auto
conocimiento y de apoyo en nuestro trabajo de crecimiento personal, hemos
creído en algún momento que la Carta Natal de un ser humano era una fuente de
información clara y precisa sobre el mismo.
Supongo que los que intentan adivinar futuros improbables
seguirán convencidos de eso. En mi caso, a través de los años y de trabajar con
consultantes, llegué a la conclusión de que las cosas son bien distintas.
Damas y caballeros, un mapa natal sólo nos aporta HIPÓTESIS.
Dos personas de la misma edad con Luna en Virgo habrán
elaborado de manera muy distinta lo que eso significó en materia de mandatos
familiares ligados, en este caso, a la sobre adaptación que se les exigió
cuando niños.
No hay dos personas en el mundo que hayan desarrollado, de
igual forma, en el mismo lapso de tiempo, el aprendizaje que significa el
Ascendente, cualquiera sea este…
¿Cómo puedo saber yo, con sólo mirar un mapa, cuán sanada o
no está la herida kironiana de quien tengo sentado frente a mí por primera vez
en mi Vida?
¿Cómo saber con cuál de los dos planetas de una conjunción o
de una oposición está más identificada la persona, habiendo proyectado la
energía del otro? ¿Y si acaso ya hizo un trabajo importante de integración de
esa polaridad?
¿Puedo dar por sentado que quien tiene muchos planetas en
Capricornio, por poner un ejemplo, es un autómata que tiene toda su vida
cronometrada y que sólo se siente seguro en la rutina? He visto a muchos
consultantes incorporar y abrirse, con el correr de los años, a energías que de
jóvenes les resultaban extrañas y lejanas, y sentirse muy a gusto con las
mismas…
Hay personas que no cambian mucho a lo largo de los años…
Hay otras cuyas transformaciones son, en verdad, muy profundas, y una constante
en sus existencias. Pero yo, como astrólogo, no tengo manera de saber cuál de
estas realidades es la de la persona que se sentará frente a mí en un par de
horas, a menos que lo indague.
Escuchar tanto como hablar. Preguntar. Preguntar antes de
afirmar y de dar por sentado. De eso trata básicamente la entrevista con un
consultante, el único que tiene las respuestas de todas las hipótesis que nos
planteamos al momento de ver su Carta, a menos que nos guste la idea de usar la
Astrología como otro de los tantos medios que tenemos los humanos para
llenarnos de pre-conceptos, encasillar y etiquetar a los demás…
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