A horas de que se cumpla un nuevo aniversario de la
Revolución de Mayo, puntapié inicial para la independencia de Argentina que se
plasmaría en 1816, me dispuse a escribir estas reflexiones sobre su carta natal
que hace tiempo rondan mi mente…
Bastante se ha hablado ya de su dichoso Ascendente en Libra,
lo que ha redundado en que, en tanto lo va integrando, desde el principio de
sus días todos los antagonismos internos habidos y por haber hayan atravesado
la historia de esta República. También han corrido ríos de tinta referidos a la
oposición de su Sol con su Luna, el primero representando a las figuras de los
gobernantes, la segunda, la imagen del pueblo. Está claro que la palabra
“oposición” describe por sí sola el eterno conflicto entre los intereses de
unos y de otros…
Hoy me quiero detener en algunos aspectos relacionados a
creencias y formas de concebir ciertas realidades que atraviesan a esta
comunidad.
Neptuno en Casa ll bien puede hablar de lo solidario de este
pueblo, lo que, junto con su Sol canceriano, ha convertido a esta tierra en un
lugar muy hospitalario para millones de personas de otras partes del mundo,
desde hace siglos. También, de lo generosa que es a la hora de generar sus
recursos; hoy en día Argentina produce alimentos para más de 300 millones de
personas en el mundo entero.
Pero la faz más sombría de este aspecto, ligada (como todo
lo que es tocado por la energía pisciana), a la inmolación-martirio, es la tan
exacerbada hiper valoración que sus mismos habitantes tienen del esfuerzo, del
sacrificio que se debe realizar para conseguir la materia para su subsistencia…
“Yugarla”(palabra del lunfardo que habla de trabajar duro), “El laburante que
se levanta a las 5 de la mañana para llevar el pan a la mesa familiar”, “Romperse
el lomo trabajando”, son expresiones tan trilladas como de altísimo impacto en
quien la escucha, y de sonoro orgullo en quien las declama.
Que ese mismo Neptuno esté en cuadratura con Kirón en
Piscis, en la mismísima Casa VI, la del trabajo cotidiano (siendo Neptuno el
regente de esta última), es más de lo mismo, con su consecuente sentimiento de
culpa que posiblemente atraviese a todo aquel que genere sus ingresos de manera
fácil y sin mayores esfuerzos, con la acostumbrada crítica, intolerancia y sospecha
hacia quienes ostentan un muy buen pasar económico…
Otro aspecto que llama muchísimo la atención, que resulta
decididamente alarmante en tantas ocasiones, es la idealización que muchos de
sus habitantes hacen de algunos de sus gobernantes, elevándolos poco menos que
a una condición de dioses, una vinculación con ribetes místicos, en donde se
hace imposible ver siquiera la condición humana de ese ser, donde la critica
sana y racional queda totalmente desdibujada en esa entrega de poder hipnótica.
Idealización, misticismo, hipnosis, mis palabras;
efectivamente, en este otro entuerto está una vez más implicada la energía
pisciana, haciendo Neptuno una cuadratura a Plutón en Piscis: quienes ostentan
el poder bien pueden ser vistos entonces como iluminadas figuras litúrgicas que
vendrán a rescatarnos del caos en que nosotros mismos nos metimos…
Entiendo que esa incapacidad para discernir, calificar,
examinar y distinguir, está dada también por lo que llamaría “La memoria del
dogma”: el Nodo Sur en Sagitario relata la costumbre de apegarnos a verdades de
tinte religioso-doctrinario, a las que una parte importante adhiere sin más,
siendo precisamente el Nodo Norte en Géminis el que nos está invitando a
cuestionarlo todo, para así empezar a encontrar otras verdades, menos
irrefutables, pero que nos identifiquen y no permitan tomar decisiones en
libertad…
No llores por mí, Argentina…
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