© Justo Félix Olivari Tenreiro.
Escorpio es la bisagra del Zodíaco: a partir de ahora deberíamos deja de dividir la existencia en pares de opuestos. Se nos revela en este espacio todo lo que hasta Libra estaba negado, oculto o soslayado de alguna manera. Lo que hasta ahí nos resistimos a ver, asumir, integrar.
Sagitario lo sucede en el orden de la rueda. Se supone entonces que este se encargaría finalmente de hacer esa síntesis, luego de que en Escorpio padecimos los desgarros de todos los antagonismos que se nos puedan ocurrir. Pero ya deberíamos saber, a esta altura del partido, que una cosa es lo que las energías proponen, lo que ponen a nuestro alcance, y, la mayoría de las veces, algo muy distinto y distante lo que nosotros, como simples mortales, terminamos haciendo con esas propuestas, la forma en que reaccionamos a las mismas.
Entonces Sagitario viene siendo utilizado desde el principio de los tiempos como el gran promotor de cuanta disociación se nos presente, teniendo a las religiones como los paladines de esta cruzada: bienvenido lo bueno, lo “elevado”, lo “luminoso”, lo alto, rechazando de plano lo malo, lo que concebimos como “bajo”, lo que se nos ocurre llamar oscuro, y así sucesivamente…
Aquellos individuos cuyas Almas han decidido, en esta encarnación, hacer un profundo aprendizaje sobre lo que Sagitario significa, mal que les pese, no podrán echar mano a ese escapismo infantil e inconducente, y, por el contrario, todo su Ser se verá atravesado por todas esas disociaciones antagónicas, con el fin último de que sus Consciencias no puedan hacer otra cosa que rendirse y aceptar que la Vida es Totalidad.
Po ese mismo motivo es que, en una gran mayoría de los casos, quienes tienen este Ascendente atraen situaciones y experiencias muy límites, similares a las vivenciadas por aquellos con Ascendente en Escorpio. A esa síntesis se llega luego de haber sentido todo eso en carne propia.
Un paradigma maravilloso de Ascendente en Sagitario lo expresó Nelson Mandela. Todos los condimentos se expresaron en su Vida de una forma estupenda: desde el ascenso en la escala social (nació en una tribu indígena, la que abandonó para estudiar y recibirse de abogado), fue un activo participante de uno de los “polos” de la antítesis “negros y blancos”, padeció una situación límite estando encarcelado 27 años, y, cuando finalmente fue liberado y llegó al poder, abogó por la unión del pueblo sudafricano.
En este link podés leer la nota sobre Nelson Mandela: https://www.facebook.com/
Escorpio es la bisagra del Zodíaco: a partir de ahora deberíamos deja de dividir la existencia en pares de opuestos. Se nos revela en este espacio todo lo que hasta Libra estaba negado, oculto o soslayado de alguna manera. Lo que hasta ahí nos resistimos a ver, asumir, integrar.
Sagitario lo sucede en el orden de la rueda. Se supone entonces que este se encargaría finalmente de hacer esa síntesis, luego de que en Escorpio padecimos los desgarros de todos los antagonismos que se nos puedan ocurrir. Pero ya deberíamos saber, a esta altura del partido, que una cosa es lo que las energías proponen, lo que ponen a nuestro alcance, y, la mayoría de las veces, algo muy distinto y distante lo que nosotros, como simples mortales, terminamos haciendo con esas propuestas, la forma en que reaccionamos a las mismas.
Entonces Sagitario viene siendo utilizado desde el principio de los tiempos como el gran promotor de cuanta disociación se nos presente, teniendo a las religiones como los paladines de esta cruzada: bienvenido lo bueno, lo “elevado”, lo “luminoso”, lo alto, rechazando de plano lo malo, lo que concebimos como “bajo”, lo que se nos ocurre llamar oscuro, y así sucesivamente…
Aquellos individuos cuyas Almas han decidido, en esta encarnación, hacer un profundo aprendizaje sobre lo que Sagitario significa, mal que les pese, no podrán echar mano a ese escapismo infantil e inconducente, y, por el contrario, todo su Ser se verá atravesado por todas esas disociaciones antagónicas, con el fin último de que sus Consciencias no puedan hacer otra cosa que rendirse y aceptar que la Vida es Totalidad.
Po ese mismo motivo es que, en una gran mayoría de los casos, quienes tienen este Ascendente atraen situaciones y experiencias muy límites, similares a las vivenciadas por aquellos con Ascendente en Escorpio. A esa síntesis se llega luego de haber sentido todo eso en carne propia.
Un paradigma maravilloso de Ascendente en Sagitario lo expresó Nelson Mandela. Todos los condimentos se expresaron en su Vida de una forma estupenda: desde el ascenso en la escala social (nació en una tribu indígena, la que abandonó para estudiar y recibirse de abogado), fue un activo participante de uno de los “polos” de la antítesis “negros y blancos”, padeció una situación límite estando encarcelado 27 años, y, cuando finalmente fue liberado y llegó al poder, abogó por la unión del pueblo sudafricano.
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